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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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quien salía de la habitación para ver averiguar la razón del estruendo producido por el hechizo<br />

lanzado por la maga.<br />

Señor Leasoir –dijo Albert, saludándolo, casi impactando al hombre en su torso.<br />

¿Qué sucede aquí, Albert?, ¿por qué estás empolvado?, ¿quién es está mujer? –preguntó Leasoir,<br />

retrocediendo ante la imponente figura de la maga, tosiendo por el polvo en suspensión.<br />

¿Lo que veo allá es dinero? –preguntó <strong>Blaze</strong>, observando una gran bolsa llena de monedas de<br />

distinta denominación dispuesta sobre una mesa, brillándole los ojos ante la cuantiosa suma–.<br />

Debe ser del dinero que cobró por tus servicios, Albert.<br />

¿Señor…? –interrogó Albert, percibiendo cierta incomodidad en la cara del sacerdote al escuchar<br />

las palabras de <strong>Blaze</strong>, percatándose de cómo se agolpaban los monjes armados detrás de ellos–.<br />

¿Dónde obtuvo tal cantidad de dinero?<br />

No es lo que piensas, Albert –dijo Leasoir, intentando ganar tiempo para inventar una explicación.<br />

¿Cree saber que estoy pensando? –preguntó Albert, mirando hacia atrás a la callada <strong>Blaze</strong>, que<br />

ahora estaba mirando la escultura del único ser divino con cara de interpretación.<br />

Albert comenzaba a ganar confianza en sí mismo como para enfrentar a su superior por haberlo<br />

utilizado todos estos años para ganar dinero, pero la conversación fue interrumpida por una viga<br />

que se desprendió del techo producto del impacto del hechizo lanzado por <strong>Blaze</strong>, la que cayó sobre<br />

un desprevenido Leasoir, matándolo en el acto.<br />

Mierda –dijo mentalmente la maga, aproximándose al oráculo ciego.<br />

¡Señor Leasoir! –exclamó Albert, lanzándose en dirección del occiso, siendo detenido por <strong>Blaze</strong>,<br />

que lo jaló en la trayectoria opuesta.<br />

La hechicera corrió con Albert sobre su hombro, quien no dejaba de gritar el nombre del religioso<br />

muerto, pasando por entre los hombres armados, los que no reaccionaron ante la huida de los<br />

jóvenes, atónitos por la repentina muerte del hermano Leasoir. Cuando salieron de su estupor, se<br />

precipitaron gritando a la calle, pidiendo ayuda a los habitantes de la pequeña ciudad.<br />

¡Un año de consultas gratis a quien encuentre al oráculo, ha sido raptado por una malévola bruja!<br />

–gritó un airado sacerdote, con una cuchilla en la mano–. ¡Al que traiga la cabeza de la desgraciada,<br />

dos años gratis de consultas!<br />

Los jóvenes fugitivos se desvanecieron en la oscuridad, sus captores les perdieron la pista en un par<br />

de horas, finalizando temporalmente el rastreo para dar el descanso final al aplastado Leasoir.<br />

<strong>Blaze</strong> y Albert se escondieron en las afueras de la ciudad, pero el acongojado oráculo se separó de<br />

la culposa maga, dejándola sola en su refugio, caminando sin rumbo fijo desde ese momento.<br />

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~<br />

Albert se escondió entre unos arbustos salvajes que crecieron alrededor del cementerio dispuesto<br />

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