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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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del poblado salió un labrador que vestía una camisa rota, sin mangas, de aspecto áspero. Camille<br />

lo observó detenidamente mientras el coche pasaba frente a él, siempre detrás del abanico.<br />

Que hombre más gallardo, y sucio –acotó la muchacha, destacando la descuidada facha del<br />

trabajador.<br />

El vehículo sobrepasó al varón, quien le dedicó una sonrisa a la muchacha al notar que era<br />

observado por ella. Camille se quedó mirándolo por entre las rendijas formadas por las metálicas<br />

enredaderas, mientras se alejaban del lugar. Al cabo de unos metros, la lozana joven se arrojó en<br />

su puesto, abanicándose para espantar un repentino calor proveniente de sus mejillas y orejas, su<br />

corazón estaba desbocado, latiendo sonora y profundamente dentro de su henchido pecho.<br />

¡Qué valentía! Mirarme así, sabiendo quien soy… –pensaba Camille, nerviosa y excitada por el<br />

fugaz encuentro–. ¿Sabrá quién soy?<br />

Una vez en casa y tal como fue ordenado, Édouard envió a los sirvientes a recoger las compras en<br />

el pueblo. La cena fue preparada unas horas después, resultando simplemente exquisita. Los<br />

comensales festinaron por largo rato, discutiendo frivolidades varias, bebiendo vino hasta el<br />

hartazgo, rematando la celebración con un descoordinado y tembloroso baile.<br />

Debo felicitarte, Camille –dijo el padre a su retoño, con una copa de rojo vino en la mano izquierda,<br />

mientras que con la otra sujetaba a la dama con la que decadentemente bailaba–. El festejo ha<br />

salido… ¡perfecto!<br />

Gracias, padre –respondió escuetamente la muchacha, levemente afectada por el consumo del<br />

oscuro vino producido en los viñedos de la mansión.<br />

Jean de Valois desapareció de enfrente de su hija, girando como un trompo movilizado por energía<br />

infinita, algo que sólo podía lograr alguien de su edad gracias al alcohol. Los comensales se<br />

dirigieron cada uno a sus respectivas habitaciones una vez finalizado el etílico baile. Camille entró<br />

a su cuarto y retiró lentamente su alba peluca, dejando caer su lacio cabello castaño claro sobre<br />

sus hombros. Desamarró su ajustado vestido de encajes, no precisaba de ayuda para hacerlo,<br />

desnudándose para luego calzarse un largo camisón de seda. Ya libre de toda atadura de vestuario,<br />

se tendió sobre su extensa y mullida cama, fregándose los ojos.<br />

Tal vez deba dormir –musitó, cerrando los ojos, con una leve sonrisa en el rostro.<br />

El sueño de Camille fue agitado. Imágenes del pasado inundaron su mente, dirigiéndola a los días<br />

en que su madre estaba viva, cuando su padre intentaba engendrar un heredero hombre para su<br />

casa. Aquellos días de niñez terminaron con el doloroso y mortal parto de la que ahora sería su<br />

hermana menor, pero la vida quiso otra cosa. Despertó sobresaltada, con lágrimas sobre sus níveas<br />

mejillas y la luz de un nuevo día colándose por entre las cortinas de su ventana. Salió al pasillo y<br />

llamó a su sirviente.<br />

Édouard, trae mi desayuno a la habitación –solicitó la recién despertada.<br />

Camille comió pan tostado untado con mantequilla, zumo de naranja y un puré de manzana verde.<br />

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