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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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Capítulo 28 – Dos muertos y un funeral.<br />

<strong>Blaze</strong> introdujo su mano en el pecho destrozado de Amira, contactando el trozo de DSH con la punta<br />

de sus dedos, desprendiéndolo del costado del corazón de la mujer…<br />

Debo agarrarlo –pensó la muchacha, estirando al máximo su brazo, viendo como el DSH caía<br />

lentamente, como si flotara en el vacío–. Te lo dije, eres mío, ¡no huyas!<br />

La roca seguía su trayecto hacia el piso, girando sobre sí misma, reflejando las ultimas luces de la<br />

tarde, destellando sorpresivamente platinados rayos, desapareciendo en el aire sin dejar rastros.<br />

<strong>Blaze</strong> perdió el balance por forzar su extremidad superior al intentar tomar el trozo, cayendo al piso<br />

de bruces, girando sobre su espalda para detener su caída.<br />

¡Maldición! –gritó <strong>Blaze</strong>–. Se me adelantaron.<br />

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~<br />

Señor Datil, ¿está bien? –preguntó la joven, zarandeando al hombre, quien se encontraba echado<br />

con la cabeza apoyada sobre el pecho de Albert.<br />

Sí, pero creo que mi nombre es Datiel –respondió, reincorporándose–. Su amigo no está bien, no<br />

ha despertado desde que… Veo que logró controlar a Amira… Al fin obtuvo lo que estaba buscando.<br />

Datiel miró el lugar donde el semi-destrozado cuerpo de su difunta esposa reposaba, con los ojos<br />

infinitamente negros y una mueca de espanto, sentada en el piso sobre sus pantorrillas, sollozando<br />

por el triste final de su mujer.<br />

La verdad es que no, el Divine Scarlet Heart desapareció cuando intenté atraparlo, sólo alcancé a<br />

tocarlo con mis dedos –respondió <strong>Blaze</strong>, volviéndose hacia el cadáver–. Perdóneme por maltratar<br />

su cuerpo, pero realmente me la puso muy difícil, sin duda alguna el DSH es poderosísimo.<br />

Datiel asintió entre lágrimas, parándose y caminando a duras penas hacia el cuerpo de Amira,<br />

abrazándola. <strong>Blaze</strong> se sentó al lado de su escudero, curando sus heridas con el hechizo reparador<br />

que tanto había estado usando el último tiempo, mirando los escombros en búsqueda de<br />

sobrevivientes, pero las viviendas habían sido abandonadas mientras ella luchaba.<br />

Vamos, despierta, no me preocupes más de la cuenta, Albert… –pidió susurrando la maga,<br />

hundiendo sus dedos en las costillas del oráculo, intentando incomodarlo para que se moviera,<br />

pero no hubo ningún tipo de respuesta–. ¡Vamos!<br />

La hechicera se volteó a ver a Datiel, notando que había recolectado las partes destrozadas del<br />

cuerpo de su esposa, poniendo en posición horizontal al cadáver sobre una puerta desprendida de<br />

alguna de las viviendas arruinadas. <strong>Blaze</strong> cargó a Albert en su espalda, ayudando a Datiel a<br />

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