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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar...

Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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No, todos murieron antes de que mi padre y yo naciéramos, mi abuelo nos lo dijo –respondió el<br />

hombre sin dejar de trabajar en la tierra.<br />

Está decidido. Su terreno ha bajado su rendimiento por culpa del veneno del otro predio, señor<br />

Edward, y por esa razón haré esto –explicó <strong>Blaze</strong>, extendiendo su brazo derecho–. ¡Poison Purge!<br />

Desde la tierra salieron disparados todos los rojizos cristales, elevándose en el aire, formando una<br />

esfera en constante movimiento y crecimiento, incrementando su tamaño hasta el de una manzana,<br />

momento en que dejo de agrandarse, flotando hasta la palma de la mano de <strong>Blaze</strong>, quien calentó<br />

fuertemente la pelota de cinabrio, recibiendo un metal liquido en el recipiente que utilizó el día<br />

anterior.<br />

Esto lo guardaré, podremos venderlo bien en la ciudadela –comentó la maga, sonriendo al imaginar<br />

el dinero–. Señor Edward, el terreno es suyo ahora, ya no tiene veneno. Sus cosechas serán de<br />

mejor calidad desde ahora.<br />

El viejo se emocionó al escuchar tales palabras, humedeciéndosele los ojos con alegría líquida.<br />

Albert también se emocionó, pero guardo la compostura para no ser molestado por su señora.<br />

¿En serio? –consultó nervioso el señor Edward–, ¿está segura?<br />

Lo estoy, si quiere puedo hacer que Albert coma un poco de tierra para que compruebe que es<br />

cierto –dijo <strong>Blaze</strong> mirando picaronamente a Albert, recordándole las palabras dichas poco antes de<br />

llegar a la casa del viejo, produciéndole un nudo en las tripas al oráculo.<br />

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~<br />

Los muchachos se alejaron de la zona rural, dirigiendo sus pasos a la salida de la fortificada<br />

ciudadela, la cual seguía bajo asedio extranjero.<br />

Es hora de irnos de aquí, no pienso seguir luchando por una causa que no me compete, menos si<br />

no se me retribuye por ello –comentó <strong>Blaze</strong>, consumiendo una lechuga que el señor Edward le<br />

regaló antes de irse de su casa, en agradecimiento por eliminar el veneno de la tierra.<br />

No entiendo como no te molesta haber venido en vano acá, justamente en tiempo de guerra –<br />

respondió Albert, desilusionado por el arduo trabajo realizado y por el nulo resultado de este,<br />

desempolvando una de las hojas de la lechuga que también recibió como presente del campesino.<br />

¿Qué, ya te quieres alejar de mí? –preguntó la maga, mordiendo el vegetal, hablando con la boca<br />

llena.<br />

No, no es eso, pero estar acá dentro buscando tan poderoso artefacto… –dijo el oráculo,<br />

comenzando a hablar bajo, tapándose la boca al hacerlo– …después de haber estado peleando<br />

contra los moradores del reino, me siento incomodo, observado. Suerte que escondiste nuestras<br />

armaduras. Por cierto, ¿qué hiciste con ellas? No te veo cansada por cargar más peso, ¿las dejaste<br />

fuera de la ciudad?<br />

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