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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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Capítulo 19 – Estaciones cambiantes.<br />

<strong>Blaze</strong> abrió lentamente la puerta de la habitación de Albert, entrando a hurtadillas, vistiendo su<br />

percudida camisa blanca solamente. Caminó con ágiles pasos a la cama del muchacho, subiéndose<br />

sobre este, agarrándolo desde las muñecas para inmovilizarlo.<br />

Desde que nos conocimos he notado como me observas… No niegues que te atraigo, por eso me<br />

pediste acompañarme en mi viaje –susurró <strong>Blaze</strong> al oído de Albert, rozándole el lóbulo de la oreja<br />

izquierda con los labios.<br />

Albert se quedó petrificado, despertando de un profundo sueño, sintiendo el peso de la maga sobre<br />

su cuerpo.<br />

¿Bla… <strong>Blaze</strong>? –preguntó, somnoliento.<br />

Dime, si te dijera que puedes tenerme ahora mismo, toda para ti, pero que mañana te acribillaré<br />

con Fire Balls hasta que me canse, ¿aceptarías? –preguntó la casi desnuda hechicera, cargando su<br />

pelvis sobre la misma zona de Albert.<br />

¿Yo?, ¿por qué? –preguntó Albert, mirando el cuerpo de <strong>Blaze</strong> a través del cuello abierto de su<br />

camisa, comenzando a emocionarse.<br />

Decide, la oportunidad está a punto de finalizar –decretó <strong>Blaze</strong>, posando las manos del muchacho<br />

en sus caderas.<br />

Desde el cuarto cerrado de Albert comenzaron a escucharse gemidos, los que no molestaron a los<br />

demás alojadores.<br />

¡Oh, <strong>Blaze</strong>, sigue así! –gritó Albert, siguiendo con unos quejidos para nada varoniles.<br />

Los gritos y gemidos subieron de tono, despertando a varios clientes, incluida <strong>Blaze</strong> entre ellos,<br />

quien se sentó en su cama, escuchando los ruidos provenientes del cuarto contiguo.<br />

¿Qué mierda? Tenía razón, lo sabía, es un maldito depravado. Me las pagarás caro, Albert,<br />

utilizarme para tus… tus… ¡Qué asco! –vociferó la maga, cubriéndose con la capa, dirigiéndose a la<br />

habitación del repugnante hombrecito.<br />

<strong>Blaze</strong> abrió la puerta con un golpe de la palma de su mano, disponiéndose a gritar al obsceno joven,<br />

pero la escena que divisó le dejó helada, recorriéndole un escalofrío desde los pies hasta la punta<br />

de los pelos de la cabeza. Albert se encontraba cubierto desde los pies hasta el cuello con una<br />

gruesa telaraña, la que fulguraba azarosamente con todos los colores del arcoíris, drenando su<br />

energía mágica, conectándose a Albert mediante el tejido saliente del extremo posterior de un<br />

arácnido abdomen, alimentando a la causante de tal envoltura: una Araneacubare.<br />

A… la… mierda –dijo <strong>Blaze</strong> con palabras entrecortadas, caminando hacia atrás, apoyándose contra<br />

la pared, viendo como las hileras de ojos de la gigantesca araña se iluminaban en la oscuridad–.<br />

¡Kyaaaa!<br />

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