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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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Regeneration curó todas tus heridas, pero no despertaste en mucho rato, fue muy raro –comentó<br />

<strong>Blaze</strong>, ocultando su genuina preocupación por él–. Estamos en la casa del señor Datiel.<br />

¿Cuánto tiempo fue que…? Me duele la cabeza… Estoy recordando algo… ¿el trozo del corazón del<br />

único ser divino liberó una ráfaga de energía cuando el señor Datiel lo retiró del pecho de su esposa?<br />

¡Muéstramelo! –exclamó Albert, lleno de alegría por haber encontrado uno de los quizá miles de<br />

DSH, sin saber el desenlace de la batalla contra el cuerpo de Amira.<br />

No recuerdas nada de lo que pasó, ¿cierto? No lo tengo. Desapareció. Algo o alguien se lo llevó.<br />

Logré tocarlo con mis dedos, pero sin querer lo empujé lejos, luego hubo un destello plateado y<br />

¡puf!, se fue para nunca más volver –narró inespecíficamente <strong>Blaze</strong>, refunfuñando al finalizar.<br />

¿Desapareció?, ¿cómo? –interrogó Albert, incrédulo por la actitud de la muchacha.<br />

Sí, así, ¡puf! –respondió <strong>Blaze</strong>, abriendo sus manos como los magos cuando hacen desaparecer<br />

cualquier cosa.<br />

Espera, ahora recuerdo que la señora Amira gritó algo y luego me desvanecí… ¿dónde está ella? –<br />

preguntó Albert, con rostro de incomodidad, temiendo lo peor.<br />

Allá –indicó la maga, apuntando a la puerta arrancada sobre la cual reposaba el despedazado<br />

cuerpo de Amira–. Si no fuera por la hospitalidad del señor Datiel, estarías en la calle echado.<br />

¿Por qué su cuerpo está destrozado? –consultó Albert, alarmado–. ¿Qué sucedió cuando quedé<br />

inconsciente?<br />

El alma de la señora Amira abandonó este mundo y su cuerpo se descontroló, gritando que se<br />

negaba a morir, atacando a medio mundo –narró someramente <strong>Blaze</strong>, con evidente desgano.<br />

Supongo que las cosas se pusieron muy feas después de que me fui a negro… – dijo Albert, bajando<br />

los pies de la mesa para no mancharla con su calzado.<br />

Feo es decir poco, varias casas fueron arrasadas, algunos residentes murieron… Quería quedarme<br />

a curar a los heridos, pero todas las viviendas fueron abandonadas después del primer ataque del<br />

cuerpo de la señora Amira –contó la joven, volviendo a poner su mirada sobre las hojas del libro–.<br />

La noche está excesivamente callada por esa razón.<br />

Ya veo… A pesar de como terminó todo, el señor Datiel nos permitió estar en su casa, deberíamos<br />

agradecérselo, ¿dónde está? –consultó el escudero, sintiéndose lo suficientemente bien como para<br />

mantenerse en pie.<br />

¿El señor Datiel? No lo sé, me entregó este libro y se fue por ahí, míralo y dime que te parece –dijo<br />

la maga, mostrando el texto al oráculo.<br />

Albert miró por unos minutos el libro, hojeando las páginas, con evidente dificultad, alejando y<br />

acercando el libro a sus ojos.<br />

¿Qué te pasa? –preguntó <strong>Blaze</strong>, al notar el extraño comportamiento del muchacho.<br />

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