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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar...

Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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Capítulo 11 – Especial de Halloween: Entre luces y sombras.<br />

Hoy es la noche de los muertos y, como parte esencial de tu formación esotérica, debes aprender<br />

a controlar todo tipo de situaciones y vivencias, recuerda que la experimentación total de la vida<br />

es la que te otorgará la fortaleza necesaria para controlar tu poder mágico, Ileana –explicó Echleón<br />

a su pequeña aprendiz de siete años, cuando quedaba poco menos de media hora para la<br />

medianoche.<br />

No me llames por mi nombre, viejo –rezongó la niña, irritada y somnolienta por el horario en el<br />

que se encontraba despierta, tomando en cuenta que su maestro acostumbra despertarla<br />

temprano en la mañana.<br />

¿Y cómo quieres que te llame si no cuentas con otro? –preguntó el anciano de forma retórica.<br />

No lo sé, pero algún día tendré un nombre que hará temblar a todos cuando lo escuchen, y así<br />

deberás llamarme –finalizó Ileana, con los ojos entreabiertos, mirando la antorcha que cargaba<br />

Echleón.<br />

Bueno, dejaré eso para cuando tengas ese nombre, ahora proseguiré explicándote la práctica de<br />

esta noche –dijo el cadavérico hombre, apuntando al tronco de un árbol–. Debes entrar en esa<br />

cueva.<br />

Pero… eso es un árbol con el tronco agujereado, no una cueva –respondió dubitativamente la<br />

muchacha, observando el grueso tallo de la planta, intentando encontrar la trampa.<br />

Ya verás. Te pondrás en medio del forado del tronco y esperaras un minuto con los ojos cerrados,<br />

para luego salir por el otro extremo, una pequeña caminata nocturna antes de dormir –detalló<br />

Echleón, sujetando a la niña por sus hombros, dejándola en medio del pasadizo formado por la<br />

abertura en el árbol.<br />

¿Es necesario que los cierre?, ¿seguro? –preguntó Ileana, sintiéndose desprotegida al perder de<br />

vista la luz de la antorcha, ansiosa por terminar pronto con tal despropósito–. ¡No! ¿Qué haces?<br />

Tapo los agujeros del árbol, ¿acaso no lo ves? –respondió el viejo, mientras colgaba unas oscuras<br />

telas que traía escondidas sobre las aberturas del tronco–. Será sólo un minuto con los ojos<br />

cerrados, sobrevivirás.<br />

¡Viejo truculento, no dijiste eso al comienzo! –chilló la niña tratando de envalentonarse, con el<br />

corazón acelerado y la piel heladamente erizada, cuando Echleón tapaba la entrada del tronco.<br />

Si te explicara todo siempre, no usarías para nada la cabeza esa –dijo el mago mientras tenía la tela<br />

agarrada con una mano para poder mirar a la niña dentro del orificio, soltándola luego para dejarla<br />

en medio de la oscuridad–. Ahora puedes cerrar los ojos.<br />

Ileana sujetó la tela que tapaba la salida del árbol, con tal de abrirla inmediatamente una vez<br />

pasado el minuto de total oscuridad, cerrando fuertemente sus ojos. A través de sus parpados pudo<br />

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