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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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después de unos minutos caminando encontró una carreta techada tirada por una vaca, con una<br />

banca de madera para depositar las posaderas.<br />

Es mejor que nada –meditó la maga, sentándose al lado de un niño–. ¿A qué se dedica, buen<br />

hombre?<br />

Leche, tú pides, yo ordeño –respondió el dueño.<br />

No es cerveza, pero necesito beber líquido. Además, un poco de leche les vendrá bien a mis<br />

músculos –contestó <strong>Blaze</strong>, mostrando su bíceps derecho, haciendo que el niño sentado a su lado<br />

en la banca escupiera la leche que bebía.<br />

<strong>Blaze</strong> giró su cabeza para ver porque el pequeño había derramado su leche, observando una cara<br />

conocida, los bordes de su boca emanaban ligeros hilos lácteos, al igual que sus fosas nasales.<br />

¿<strong>Blaze</strong>? –preguntó el muchacho, dejando el vaso con leche sobre una tabla del carrito, secándose<br />

la cara con la manga de su camisa.<br />

¿Albert? –contestó la muchacha, desconcertada por haberlo confundido con un niño, lanzándole<br />

una bocanada etílica.<br />

Apestas a alcohol –dijo Albert, tapándose la nariz con una de sus manos.<br />

Tú hueles a recién nacido y no te he dicho nada –replicó <strong>Blaze</strong> con enojo por el descortés<br />

comentario del oráculo, haciéndole señas al ordeñador para que le sirviese un vaso con leche–.<br />

¿Qué haces aquí? Supongo que no habrás utilizado tu habilidad para seguirme, porque si es así…<br />

La verdad es que estaba perdido. Estaba dispuesto a volver al monasterio después de ver la tumba<br />

del señor Leasoir, pero al verte decidí vivir mi vida libremente, así que me fui caminando por la<br />

ciudad, pero sólo logré perderme en los enrevesados caminos y, cuando intenté volver por donde<br />

había deambulado, quedé metido en medio de un bosque… –narró Albert, perdiendo el aliento<br />

por la larga frase.<br />

El bosque de Biir, 3 millas más allá –explicó la maga, apuntando en dirección a la arboleda.<br />

Sí, entonces no lo sabía, en realidad no lo supe hasta después de un día, tuve que pernoctar allí –<br />

comentó el jovencito, complementando su narración.<br />

¿Pernoctar?, ¿siempre hablas así? Es una suerte que hayas sobrevivido allá fuera –preguntó<br />

burlescamente <strong>Blaze</strong>, saboreando la blanca leche, bebiéndosela sorbo a sorbo.<br />

¿Qué tiene de malo? Bueno, al otro día me encontré con unos viajeros que me trajeron hasta acá,<br />

les hice un par de predicciones para ganar algo de dinero y me senté aquí para beber un poco de<br />

leche fresca, hasta que llegaste.<br />

¿Seguro? –preguntó <strong>Blaze</strong>, con un bigote de leche, mirando por sobre su hombro al pequeño Albert.<br />

No tienes ni que decirlo, ya sé que no hay que enojarte, aunque no sepa cuales son las cosas que<br />

te enfurecen, el haberte visto en acción me guía a responder correcta y verídicamente –aclaró<br />

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