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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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demoníaca.<br />

El rey Bod se levantó de la cama con un salto, acechando a la desprevenida joven, que descubrió<br />

sus ojos al sentir el repentino movimiento del monarca. Este mecía su revivido falo de un lado a<br />

otro, abalanzándosele para restregarse en ella, lo que no logró, comenzando una persecución<br />

alrededor de la habitación, haciéndole merecedor de una tranquilizadora Fire Ball.<br />

El hechizo sin duda no era perfecto, tuvo sólo algunas horas para ejecutarlo sin la posibilidad de<br />

probarlo antes, además de ser altamente ineficaz, necesitó una gran cantidad de energía oscura<br />

para funcionar, pero en este caso el gasto era lo que <strong>Blaze</strong> perseguía.<br />

¿Qué pasó? –preguntó el rey, volviendo en sí después de salir del influjo demoníaco del hechizo,<br />

con parte de su cabello y barba humeantes por el ataque.<br />

¡Se volvió loco! –respondió la joven con un rugido, poniendo cara de ofendida–. ¡Casi me ultrajó,<br />

su bajeza!<br />

Perdón… Serás recompensada adicionalmente por tal falta, no lo dudes –afirmó el rey.<br />

No esperaría menos de alguien como usted.<br />

El rey volvió a ser tratado con el hechizo, logrando la tan esperada erección, esta vez sin efectos<br />

secundarios indeseados. Los reyes fueron dejados a solas en sus aposentos para que pudieran<br />

intimar. <strong>Blaze</strong> exigió que se le retirara el mortal collar de su cuello inmediatamente, pero su<br />

demanda no era escuchada por el súbdito, que escuchaba de cerca el coito, en caso de que<br />

sucediese algo inesperado asociado al hechizo. Después de unos minutos el rey volvió a pedir otra<br />

dosis para una nueva ronda.<br />

Eso fue corto –pensó la hechicera, mirando al sudoroso y panzón rey.<br />

El rey solicita nuevamente tus servicios, no puedo retirar el collar hasta que esté completamente<br />

satisfecho –aclaró el súbdito.<br />

Independiente de si queda satisfecho o no, esta será la última vez, me queda muy poca energía<br />

como para realizarlo una cuarta vez, ¿entendido? –acotó <strong>Blaze</strong>, dejando en claro que estaba a<br />

punto de gastar toda la energía demoníaca, aunque podía ejecutar una vez más el oscuro conjuro.<br />

Está bien, después de que me hechices nuevamente, él te retirará el collar y te entregará tus<br />

honorarios por tan buen trabajo –dijo el agradecido rey.<br />

La maga impuso por tercera vez sus manos por sobre la cadera del rey, pero algo pasaba, no sentía<br />

el flujo oscuro infiltrando el cuerpo del necesitado hombre. Un escalofrió recorrió su espalda,<br />

mientras los dedos de sus manos temblaban y sus piernas perdían fuerza… Ya no tenía más magia<br />

negra para utilizar. Faltan 10 minutos para las 12.<br />

¿Qué sucede, hechicera? –pregunto el alfeñique, al ver la lividez del rostro de la muchacha.<br />

Se escuchó un gran estruendo proveniente de las calles de la ciudadela, un lapso de silencio y luego<br />

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