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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar...

Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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aceptaron felices, ofreciéndole como paga la estancia en su hogar y alimentos.<br />

Este es el cuarto de invitados –dijo la niña, mostrando la habitación–. No es muy grande, pero al<br />

menos te servirá para pasar la noche.<br />

Gracias, Aria, aquí dejaré mis cosas y te acompañaré esta tarde en tu labor de reparto –respondió<br />

<strong>Blaze</strong>, sacándose la capa, hombreras y cota de malla, quedando sólo con su camisa blanca.<br />

¿Cómo supiste que me dicen Aria? –preguntó, con ojos destellando asombro e imaginando que la<br />

maga tenía el poder de leer las mentes de otras personas.<br />

Eeeh, la verdad es que no lo sabía, sólo es más corto de decir de ese modo.<br />

Vaya… –replicó decepcionada Ariadne, dejando de mirar el rostro de <strong>Blaze</strong> y bajando su mirada<br />

hasta sus senos, los que se traslucían un poco por lo desgastada que estaba su camisa–. ¡Aaaah!<br />

Ariadne salió corriendo de la habitación, gritando.<br />

¿Qué, el Kelpie? –pensó la guerrera, desenvainando rápidamente su katana al mismo tiempo que<br />

la niña volvía a entrar en el cuarto.<br />

Si me vas a ayudar, creo que deberías utilizar esto –sentenció Aria, poniéndose frente al rostro un<br />

delantal idéntico al suyo, pero tamaño extra grande, para esconder su enrojecido rostro a causa de<br />

lo recientemente visto.<br />

Tienes que estar bromeando…<br />

La dupla salió a entregar y tomar pedidos, los cuales se multiplicaron ese día al correrse la voz de<br />

que una bella y alta muchacha en pantaloncillos cortos estaba trabajando junto a Ariadne. Si bien<br />

a muchos hombres casi se les salieron los ojos de sus cuencas al ver a <strong>Blaze</strong>, esta se contuvo para<br />

no causar problemas al negocio de los padres de la muchacha; de otro modo, muchos habrían<br />

terminado chamuscados.<br />

Se detuvieron horas después del mediodía para almorzar, volviendo al hogar de la pequeña,<br />

momento en que intercambiaron historias y risas entre los comensales. Al finalizar la comida, todos<br />

se dirigieron a sus respectivos aposentos para tomar la siesta de la tarde, cerrando el negocio hasta<br />

el atardecer, que es cuando liberan la segunda tanda de panes preparados por ellos.<br />

Ariadne fue a la habitación de <strong>Blaze</strong> para despertarla, pero se encontró con que ella no dormía,<br />

sino que estaba vigilando por la ventana, como un perro guardián.<br />

<strong>Blaze</strong>, ¿no pudiste dormir? Nosotros estamos acostumbrados –consultó Aria.<br />

No quise dormir, me quedé pensando en algunas cosas que debo hacer –replicó la maga, que<br />

pensaba en por qué un Kelpie podría querer dañar a la muchacha, si esta no tenía ningún potencial<br />

mágico. Ninguno–. Vamos, sigamos con el trabajo.<br />

El día seguía su curso sin problemas, pero la hechicera estaba cada vez más preocupada por<br />

Ariadne, pues una sutil aura maléfica comenzaba a rodearla a medida que se escondía el sol. La<br />

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