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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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<strong>Blaze</strong> observó toda la situación, expectante, tomando su espada por su mango, dispuesta a<br />

desenvainarla, anulando la ilusión que ocultaba sus armaduras. John se incorporó, enderezando su<br />

postura, carraspeando. Albert temblaba de miedo detrás de su señora, sintiendo el poder<br />

demoníaco proveniente del cuerpo que tenían en frente.<br />

Hola, Albert, ¿me reconoces? –saludó el nuevo demonio presente en el cuerpo de John, con una<br />

sonrisa amplia, mostrando todos los dientes–. No te preocupes, esta vez no intentaré matarte.<br />

<strong>Blaze</strong>…<br />

Albert palideció de miedo al recordar la sonrisa vista anteriormente en Abelard. <strong>Blaze</strong> estaba en<br />

posición de combate frente al poseído John, pero no blandiendo su espada, sino que ejecutando su<br />

hechizo Obsidian Lightning.<br />

¿Qué hiciste con el demonio cobrador? –preguntó la maga, afianzando su posición, alerta a los<br />

movimientos del demonio.<br />

¡Shhhh! Nada de preguntas, sólo obsérvame –dijo el demonio, elevándose por el aire, pasando<br />

sobre las cabezas de <strong>Blaze</strong> y Albert, atemorizando a otros transeúntes.<br />

El demonio voló lentamente hacia el exterior de la ciudadela, aterrizando a medio camino de las<br />

tiendas de campaña de los Morones. <strong>Blaze</strong> y Albert corrieron deprisa detrás del poseído, llegando<br />

hasta las puertas de la fortaleza asediada, encontrándose con Ephraim padre.<br />

No me quiero anunciar de ese modo, caminaré desde aquí para que se confíen –comentó el<br />

demonio, caminando hacia los puestos de los invasores extranjeros.<br />

Ephraim subió a los jóvenes a su puesto de vigilancia, lugar desde el cual observaron en la lejanía<br />

al confiado demonio mientras se internaba en territorio enemigo.<br />

¿Cómo los acabaré? –se preguntó el demonio, observando cómo se abalanzaban sobre él los<br />

primeros guerreros Morones–. Ya sé… ¡Gigantesque Pressure!<br />

Los Morones comenzaron a caer al piso como si fueran azotados por gigantescas rocas, moliéndose<br />

sus huesos en miles de pedazos, rasgando sus músculos y pieles como si se tratase de finos y<br />

delgados trozos de papel, chorreando su sangre como una tumultuosa y descontrolada fuente. Los<br />

guerreros caían en determinadas y acotadas zonas, siendo destruidos de a poco mientras el<br />

demonio caminaba detrás de ellos, riéndose de la situación, caminando entre los cuerpos desechos,<br />

chapoteando en los charcos de sangre, pateando las armas y armaduras abolladas. La maga y su<br />

escudero miraban desconcertados, revolviéndosele el estómago al oráculo, debiendo<br />

urgentemente evacuar todo su contenido gástrico al ambiente. El demonio atacó seis veces a los<br />

guerreros Morones, destruyendo a más de la mitad de las tropas, dejando escapar a los demás,<br />

apoyando las manos en las rodillas de John en señal de cansancio, sudando y jadeando, mirando<br />

hacia el piso ensangrentado, orgulloso de su destructiva obra.<br />

¡<strong>Blaze</strong>, ya sabes de lo que soy capaz, ahora te diré mi nombre! –gritó el demonio desde la zona<br />

devastada, incorporándose, abriendo y extendiendo sus brazos.<br />

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