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Blaze!

Esta es la historia de Blaze, la más grande guerrera que podrás encontrar... Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse. No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada. Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible. https://blaze.000webhostapp.com

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Entrenada en artes esotéricas y militares por sus maestros Echleón y Bel, respectivamente, Blaze recorre las tierras medievales en la búsqueda de aventuras y peligros a los que enfrentarse, en parte para pasar el tiempo y también para perfeccionarse.

No hay mal que se le resista, tampoco bien que le aguante, la verdad es que es mejor no cruzarse en su camino, sobre todo si está enojada.

Sigue aquí sus peripecias, aprende un poco de sus habilidades y conoce a los demás personajes que le harán la vida imposible.

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Capítulo 18 – La distancia entre tú y yo.<br />

<strong>Blaze</strong> despertó sedienta después de casi morir desecada por la brutal cantidad de vomito evacuado<br />

el día anterior, tanteando el piso para encontrar la jarra con infusión que tan diligentemente le<br />

entregó Albert, debiendo abrir los ojos para hallarla, observando al derrumbado muchacho frente<br />

a ella.<br />

No puede ser… –comentó <strong>Blaze</strong>, bebiendo infusión directamente desde la jarra–. ¿pernoctaste un<br />

poco acaso?<br />

La verdad es que… no –respondió Albert, sentado frente a la maga, con la piel más blanca de lo<br />

habitual, dejando ver unas moreteadas ojeras que le hacían lucir tétrico, además de estar<br />

completamente despeinado, lleno de pequeñas cortadas en las mejillas y antebrazos, con la ropa<br />

totalmente humedecida–. ¿Te sientes mejor?<br />

El fuego que <strong>Blaze</strong> había prendido en la noche seguía encendido, obviamente con nuevos maderos,<br />

pero entre las cenizas había formas que recordaban a un par de cabezas de hachas, al parecer<br />

había sucedido algo muy extraño mientras descansaba.<br />

Sí, mejor, al menos ya se me quitaron las náuseas. Nunca más beberé leche… –respondió la maga,<br />

sentándose sobre su capa, observando con extrañeza las formas dentro del fuego.<br />

¿Y tú crees que fue culpa de la leche? –preguntó sarcásticamente Albert, pero la falta de energía<br />

lo hizo parecer patético.<br />

Pero ¿qué te pasó a ti para estar en tal estado? –consultó la maga, casi preocupada por la salud del<br />

muchacho, moviendo las ramas en llamas con un pie.<br />

No tienes idea de la noche que pasé, por lo mismo no quiero recordarla, lo único rescatable es que<br />

sobrevivimos la noche, ¿cierto? –confirmó Albert, tirando tierra al fuego, apagando la pira–. Espero<br />

estés contenta con el result…<br />

Albert se desvaneció, cayendo al piso, durmiéndose en el acto, emitiendo sonoros ronquidos. <strong>Blaze</strong><br />

no alcanzó a atajarlo, pero lo arropó con su capa, vistiéndose luego con sus implementos de<br />

combate, cubriendo al joven con el hechizo Drunken Magician para asegurar y proteger su<br />

pernoctar.<br />

Efectivamente, dos pequeñas cabezas de hachas, no preguntaré –pensó <strong>Blaze</strong>, revisando las<br />

cenizas, saliendo a buscar algo que comer.<br />

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~<br />

Despierta, Albert, ya fue suficiente, tienes toda la noche para dormir –dijo <strong>Blaze</strong>, zarandeando al<br />

durmiente oráculo–. Toma.<br />

<strong>Blaze</strong> le ofreció un trozo de pan y un vaso de su tan apreciada leche, lo que hizo que el joven se<br />

incorporara de inmediato.<br />

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