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Historia Universal

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Bajo el argumento de defensa de las libertades democráticas y apegadas al concepto de conflicto localizado,<br />

impuesto por Truman en 1951, la política exterior norteamericana no dudó en aliarse con regímenes más<br />

reaccionarios, siempre que su papel hegemónico estuviese en peligro. Así sucedió desde la administración de<br />

Eisenhower-Dulles hasta la de Nixon-Kissinger.<br />

Como respuesta a la integración de Alemania Federal en la OTAN y con el objetivo de<br />

completar los acuerdos bilaterales en materia de seguridad, el bloque socialista se unifica<br />

en 1955 en torno al Pacto de Varsovia, perteneciendo a éste Albania, Checoslovaquia,<br />

Bulgaria, Polonia, Hungría, Rumania y la Unión Soviética, al que posteriormente se sumaría<br />

la República Democrática Alemana. Tal acontecimiento coincide con la salida de las<br />

tropas soviéticas tras dos años de su intervención militar motivada por las revueltas de<br />

Berlín y Leipzig, en 1953. En 1957, al conmemorarse el cuarenta aniversario de la<br />

Revolución de Octubre, Kruschev anuncia lo que sería el eje de su política exterior, la<br />

coexistencia pacífica, iniciándose así una prolongada etapa de distensión entre los<br />

bloques que, a su vez, marcó las pautas de la carrera armamentista.<br />

BLOQUE 4<br />

Glosario:<br />

Apocalíptica:<br />

Catastrófica.<br />

Inconmensurable:<br />

Que no puede ser medido.<br />

Una vez que los Estados Unidos y la Unión Soviética tuvieron en su poder la bomba H -el llamado equilibrio del terror-<br />

no dejó de gravitar en el concierto de las naciones la visión apocalíptica del fin del mundo, toda vez que los escasos e<br />

infructuosos intentos por alcanzar una paz duradera se alejaban al abrirse nuevos escenarios de conflicto regional,<br />

que obedecieron, en su momento, al reacomodo de las zonas de influencia. Un caso, por demás notable, fue la<br />

irrupción en el escenario mundial de la China Popular, dispuesta con una nueva energía social a figurar<br />

significativamente en el mapa político que se abría en la segunda mitad del siglo XX. Lo anterior añadió dos<br />

interrogantes que reflejaban inquietud: ¿cuáles serían las relaciones entre China y la Unión Soviética? y, en el mismo<br />

sentido, ¿cuáles serían los resultados de las relaciones entre China y Japón? No olvidemos además que este último<br />

país, levantado literalmente de los escombros de la guerra, iniciaba otro tipo de competencia con los Estados Unidos:<br />

la guerra comercial.<br />

El sector aeroespacial resultado de la carrera<br />

armamentista.<br />

Tenemos frente a nosotros el balance de seis décadas de acumulación<br />

de arsenales nucleares y convencionales con una capacidad destructiva<br />

inconmensurable que, a pesar de su presencia amenazante, no ha<br />

cesado de crecer, intensificarse y sofisticarse tecnológicamente hasta el<br />

delirio, obligando a todas las naciones del orbe a vivir de un tiempo<br />

prestado. El accidente de la central nucleoeléctrica de Chernobyl y el del<br />

lanzamiento del transbordador espacial Challenger dieron el aviso de qué<br />

tan frágil puede ser un sistema de seguridad basado en la tecnología<br />

compleja.<br />

No han sido pocas las advertencias y pronunciamientos morales que<br />

proclaman el derecho de los hombres a vivir en la paz como condición<br />

necesaria para preservar el género humano.<br />

Junto a estas advertencias, surgen distintas posibilidades de aliviar o,<br />

incluso, eliminar por completo la pobreza y los rezagos sociales en el<br />

mundo a partir de una utópica y anhelada redistribución de los recursos<br />

científicos y económicos aplicados a la carrera armamentista.<br />

Una rápida mirada a la producción armamentista moderna muestra que los países del Tercer Mundo en alguna<br />

medida se encuentran involucrados en el complejo industrial-bélico, tanto a nivel de compra como de producción.<br />

Según fuentes internacionales confiables, hasta el año de 1984, 75% del gasto militar mundial se distribuyó entre los<br />

Estados Unidos, los países miembros de la OTAN y el Pacto de Varsovia. El restante 25% se repartió entre otros<br />

países industrializados, como Japón, Australia e Israel, y países del Tercer Mundo; para estos últimos, el gasto militar<br />

representó apenas 1.5% del total mundial, dentro del cual, países latinoamericanos como Argentina, Chile y Brasil<br />

gastan 70% en la producción. Sin embargo, si bien el mayor gasto en la producción de armamento lo ejercen los<br />

países industrializados, se debe señalar que en el mercado internacional, los países del Tercer Mundo son los<br />

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