Historia Universal
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de su gestión, producto de un populismo corporativista de base amplia, le permitieron<br />
reelegirse en 1951. Dificultades económicas posteriores acabaron enfrentándolo con los<br />
industriales nacionales, la oligarquía terrateniente; además de afectar su alianza con la<br />
Iglesia, la clase media y los estudiantes universitarios. Esta descomposición fue el caldo<br />
de cultivo para su derrocamiento y su posterior exilio en 1955.<br />
BLOQUE 4<br />
Isabel y Juan Domingo Perón.<br />
No obstante, las redes políticas tejidas por Perón<br />
durante su gobierno le permitieron integrar una<br />
estructura de mando secreta que alentó y arraigó<br />
en Argentina una fuerte corriente peronista que<br />
tenía diversas expresiones a veces<br />
contradictorias. Los militares conservadores, o<br />
«gorilas», como eran llamados por los<br />
argentinos, mantuvieron el control político del<br />
país, impidiendo a toda costa el retorno del<br />
peronismo, lo que se manifestó de manera<br />
más clara entre 1966 y 1973, cuando se libró<br />
un estado de guerra contra las fuerzas de la<br />
subversión interna de cualquier tipo.<br />
La radicalización de algunas fracciones del<br />
peronismo, como los Montoneros, el Ejército<br />
Revolucionario Popular y las Fuerzas Armadas<br />
Glosario:<br />
Subversión:<br />
Actuación atentatoria<br />
contra los<br />
fundamentos de un<br />
orden establecido.<br />
Revolucionarias y el fuerte descontento social permitieron que en 1973 Juan Domingo<br />
Perón regresara del exilio, siendo presidente Héctor Cámpora, quien renunció al cargo en 1973 y posteriormente<br />
Perón es elegido por tercera ocasión para la presidencia; pero ahora en franca confrontación con los grupos<br />
radicales. Al morir el caudillo, en julio de 1974, su esposa y vicepresidenta, Isabel Perón, ocupó la presidencia hasta el<br />
23 de marzo de 1976, fecha en que culmina, luego de varios mini golpes, el derrocamiento orquestado por quien fuera<br />
su jefe de estado mayor, el general Jorge Videla, quien de inmediato detuvo a Isabel Perón, cerró el Congreso y<br />
despidió a los ministros de la Suprema Corte.<br />
La dictadura militar argentina aplicó la doctrina de seguridad nacional de una forma más<br />
espontánea e histérica que cualquier otro país del Cono Sur. Como siempre, el caos<br />
económico, el aislamiento de Washington y la derrota en la absurda guerra por las islas<br />
Malvinas contra Gran Bretaña en 1982, precipitaron la caída de los militares. En octubre de<br />
1983 los argentinos fueron llamados a las urnas y eligieron como presidente a Raúl Alfonsín,<br />
de la Unión Cívica Radical. En las siguientes elecciones, en mayo de 1989, el peronista<br />
Carlos Saúl Menem llegó a la presidencia. En ambos casos, las líneas generales de sus<br />
gobiernos estuvieron marcadas por el indulto a los militares que participaron en la guerra<br />
sucia, por los escándalos de corrupción y por aplicar programas económicos neoliberales<br />
que poco o nada se han distinguido de los implementados por los regímenes militares.<br />
Intervencionismo imperialista.<br />
Jorge Rafael Videla, primer<br />
presidente de la ultima dictadura<br />
argentina.(1976-1983).<br />
Carlos Saúl Menem de linea<br />
peronista, presidente a<br />
partir de 1989.<br />
La región de Centroamérica, al igual que toda América Latina de la cual es parte, ha sido en el pasado escenario de<br />
dos aislamientos civilizatorios. El primero, determinado por la dominación hispano-portuguesa, que constituyó el<br />
primer aprendizaje político en el continente bajo los impulsos de una democratización premoderna, con las secuelas<br />
de cuartelazos y dictaduras como una forma de legitimidad histórica. A este aislamiento siguió el impuesto por los<br />
Estados Unidos, cuyos signos ominosos se hacen presentes por sus intervenciones directas en Guatemala, Santo<br />
Domingo, Nicaragua y Panamá, con el beneplácito de las oligarquías locales y la sumisión de los gobiernos militares.<br />
Entre 1930 Y 1955, cuando se acentúan y fortalecen las dictaduras militares en Latinoamérica, los movimientos<br />
políticos de corte liberal experimentan dificultades para poder reemplazar esos regímenes y dar respuestas a la<br />
participación de las masas en la vida política como parte de un proyecto democratizador, en parte, debido también a<br />
la debilidad de la clase media y del proletariado urbano.<br />
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