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efleja un rito lleno de unción y de religiosidad<br />
el papa y los ministros sagrados, descalzos, se<br />
desplazan procesional mente desde Letrán hasta<br />
la basílica de la Santa Cruz en la que tendrá lugar<br />
la adoración de la cruz segUida de una liturgia<br />
de la palabra, esquema que recuerda el de la<br />
Iglesia de Jerusalén, descrito por Egena Durante<br />
la procesión el papa lleva en la mano derecha<br />
tenido de la controversia y, más en concreto, sobre<br />
el problema que plantea la duración del ayuno. He<br />
aquí el texto:<br />
«Por este tiempo suscitóse una cuestión bastante<br />
grave, por cierto, porque las Iglesias de toda Asia, apoyándose<br />
en una tradición muy antigua, pensaban que<br />
era preciso guardar el decimocuarto día de la luna para<br />
la fiesta de la pascua del salvador, día en que se<br />
mandaba a los judíos sacrificar el cordero y en que<br />
era necesario a toda costa, cayera en el día en que cayese<br />
de la semana, poner fin a los ayunos, siendo así<br />
que las Iglesias de todo el resto del orbe no tenían por<br />
costumbre realizarlo de este modo, sino que, por una<br />
tradición apostólica, guardaban la costumbre que ha<br />
prevalecido incluso hasta hoy: que no está bien terminar<br />
los ayunos en otro día que en el de la resurrección<br />
de nuestro salvador» 22.<br />
Y, más adelante, Eusebio transcribe un fragmento<br />
de una carta de Ireneo al papa Víctor:<br />
«Efectivamente, la controversia no es solamente<br />
acerca del día, sino también acerca de la forma misma<br />
del ayuno, porque unos piensan que deben ayunar<br />
durante un día, otros que dos y otros que más; y otros<br />
dan a su día una medida de cuarenta horas del día y<br />
de la noche.<br />
y una tal diversidad de observantes no se ha producido<br />
ahora, en nuestros tiempos, sino ya mucho an-<br />
22 HISt. ecles., V, 23, 1, ed. A. Velaseo, EusebIO de Cesarea.<br />
HIstoria eclesiástica, BAC, Madnd, 1973,330.<br />
el turíbulo y va Incensando el santo leño, que es<br />
llevado solemnemente por un diácono En la<br />
adoración de la cruz participa toda la asamblea<br />
el papa, los ministros sagrados los hombres y<br />
las mUjeres<br />
Esta ceremonia de la adoración de la cruz,<br />
muy sobna en un prinCipiO, Irá desarrollándose<br />
progresivamente Introduciendo nuevos elemen-<br />
tos la cruz será desvelada solemnemente ante la<br />
asamblea, se entonará el Ecce lIgnum al presentarla<br />
al pueblo, se proclamrá el canto del T(lsaglOn<br />
alternando con genuflexiones sucesivas, se<br />
cantarán el himno Crux fldells y los Imprope<br />
(lOS, etc Todos estos elementos, que bien podemos<br />
considerar como un enriquecimiento, acabarán<br />
por ahogar la libre partlclpaclon del pueblo<br />
tes, bajo nuestros predecesores, cuyo fuerte, según parece,<br />
no era la exactitud, y que forjaron para la posteridad<br />
la costumbre en su sencillez y particularismo. Y<br />
todos ellos no por eso vivieron menos en paz unos con<br />
otros, lo mismo que nosotros; el desacuerdo en el ayuno<br />
confirma el acuerdo en la fe.<br />
A esto añade también un relato que será conveniente<br />
citar y que dice así: "Entre ellos, también los<br />
presbíteros antecesores de Sotero, que presidieron la<br />
Iglesia que tú riges ahora, quiero decir Aniceto, Pío e<br />
Higinio, así como Telesforo y Sixto: ni ellos mismos<br />
observaron el día ni a los que estaban con ellos les<br />
permitían elegir; y no por eso ellos mismos, que no<br />
observaban el día, vivían menos en paz con los que venían<br />
procedentes de las Iglesias en que se observaba<br />
el día; y, sin embargo, el observar el día resultaba más<br />
en oposición para los que no lo observaban" 23.<br />
La controversia cuartodecimana, a juzgar por<br />
las palabras de Eusebio, llega a su momento álgido<br />
en tiempos del papa Víctor (189-198), aunque la tensión<br />
venia arrastrándose a lo largo de todo el siglo<br />
n. Pero ¿cuál era, en definitiva, el núcleo de la contienda?<br />
¿En qué consistía la controversia? ¿Qué valores<br />
o qué aspectos entraban en litigio? El texto de<br />
Eusebio, que cita una carta de Polícrates al papa<br />
Víctor y otra de san Ireneo, no acaba de dar luz suficiente<br />
sobre el tema. Todo depende de la forma como<br />
se interprete la expresión «observar» u «observar<br />
el día».<br />
"Hlstona eclesIástIca, V, 24,12-14, ed. A Velasco, 334<br />
335.<br />
PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 115