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bernal, jose manuel - 10

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los árboles se cubren con nuevos retoños y el aire comienza<br />

a esclarecerse con el resplandor de Helios. Las<br />

bandadas de pajarillos se dispersan por el espacio, rebosante<br />

de alegría por sus trinos. Pero estad atentos,<br />

porque para nosotros hay una primavera celeste, que<br />

es Cristo, que se alza como un sol desde el seno de la<br />

Virgen. El ha disipado las frías nubes borrascosas del<br />

diablo y ha devuelto a la vida los corazones soñolientos<br />

de los hombres disolviendo con sus rayos solares<br />

la niebla de la ignorancia. Elevemos, pues, el espíritu<br />

a la luminosa y bienaventurada magnificencia de este<br />

resplandor» 5.<br />

Estas palabras, pronunciadas con ocasión de la<br />

fiesta de navidad, recogen como trasfondo la simbología<br />

pascual de la luz. Las indiscutibles afinidades<br />

temáticas con la solemnidad pascual, que hasta llegan<br />

a crear una cierta perplejidad en el lector, que<br />

no acaba de discernir si se trata de un texto natalicio<br />

o pascual, demuestran palpablemente la coincidencia<br />

temática y la cercanía de ambas fiestas.<br />

Vaya terminar este punto haciéndome eco, aunque<br />

sólo sea de manera muy breve, de un debate teológico<br />

que, a mi parecer, conecta directamente con<br />

el problema que estamos tratando. Me estoy refiriendo<br />

a la controversia suscitada en tomo a la así<br />

llamada «teología griega».<br />

Esta teología, apoyándose en una visión platonizante<br />

de la naturaleza humana, afirma la presencia<br />

de todo el género humano en la naturaleza humana<br />

personal de Cristo. De esta manera, en el momento<br />

de la encarnación, al ser asumida la naturaleza humana<br />

por el Verbo, se verifica un contacto profundo<br />

entre lo humano y lo divino, presente en la única hipóstasis<br />

divina de Jesús de Nazaret. Este contacto<br />

entre lo humano y lo divino conlleva unas evidentes<br />

implicaciones de carácter soteriológico. Quiero decir<br />

que, desde esta perspectiva, la encamación aparece<br />

dotada de una impresionante carga soteriológica,<br />

de tal manera que en el momento mismo en que<br />

las dos naturalezas entran en contacto y se unen en<br />

la persona divina del Verbo, toda la familia humana,<br />

presente en la humanidad personal de Cristo, queda<br />

reconciliada con Dios, regenerada y divinizada. De<br />

'Pseudo-Crisóstomo, 1I1 Christi Natalel1l: PG 61,763.<br />

esta forma, frente a una VlSlon centralizadora del<br />

misterio pascual, como momento crucial en el que<br />

culmina la acción salvadora de Cristo, se yergue<br />

ahora otro foco de interés, también con carácter soteriológico,<br />

centrado en el momento de la encarnación.<br />

Este planteamiento, evidentemente, favorecería<br />

una interpretación del año litúrgico estructurado<br />

en dos bloques paralelos, independientes y autónomos.<br />

Para justificar estas afirmaciones suele traerse a<br />

colación el testimonio de algunos Padres. Yo vaya<br />

citar sólo algunos. Los que considero más claros y<br />

más representativos. En primer lugar unas interesantes<br />

palabras de san Hilaría:<br />

«Hecho hombre de la Virgen María, el Verbo ha<br />

tomado en sí mismo la naturaleza carnal. De esta manera<br />

se encuentra reunido en él y santificado todo el<br />

género humano. Por haber asumido una naturaleza<br />

corporaL todos han sido establecidos y restaurados en<br />

él; al mismo tiempo, por ser invisible, él se ha establecido<br />

en todos» 6.<br />

San Atanasia afirma lo mismo de manera mucho<br />

más breve y taxativa:<br />

«Por haberse hecho hombre el salvador realmente<br />

y en verdad, la totalidad del hombre ha sido salvada»<br />

7.<br />

y en otra obra:<br />

«El contacto ha tenido lugar entre la verdadera<br />

naturaleza de la divinidad y la verdadera naturaleza<br />

de la humanidad, de forma que se garantice de verdad<br />

la salvación y la divinización» 8.<br />

Aún son más explícitas y contundentes unas palabras<br />

de san Gregario de Nisa. En ellas se subraya<br />

la importancia del contacto divino-humano y sus inmediatas<br />

consecuencias soteríológicas para la naturaleza<br />

humana en su totalidad:<br />

«Habiéndose mezclado el Verbo con el hombre,<br />

Ó Hilario de Poitiers, De Tril1 itate, n, 24-25: PL <strong>10</strong>, 66-67.<br />

7Atanasia, Epistola ad Epictetll1l1, 7: PG 16, <strong>10</strong>62.<br />

'Atanasio, Contra Arial1os, 1, 70: PG 26, 295-296.<br />

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 173

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