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sólo aquellas que recuerdan a santos de importancia<br />
realmente universa¡" 27.<br />
Éstas son, pues, las grandes directrices emanadas<br />
del Concilio y que han servido de pauta tanto para<br />
la revisión del calendario como para reajustar la<br />
forma de celebrar las memorias de los santos a lo largo<br />
del año, estableciendo un adecuado equilibrio entre<br />
las exigencias del ciclo anual que celebra los misterios<br />
del Señor y la debida veneración que la Iglesia<br />
ha de mantener para todos aquellos que han vivido<br />
más plenamente el misterio pascual de Cristo.<br />
Los criterios rectores que han guiado la revisión<br />
del calendario romano han sido expuestos claramente<br />
en el Commentarius in a1111wn liturgicwn instauratwn,<br />
in novum calendariwn generale et in litalúas<br />
Sa11ctorum, elaborado por el «Consilium ad exequendam<br />
Constitutionem de Sacra Liturgia» 28 Son<br />
los siguientes:<br />
- Disminuir el número de las fIestas de devoción.<br />
Se denominan aquí «fiestas de devoción» aquellas<br />
que celebran no los acontecimientos concretos de la<br />
historia de la salvación, sino algún aspecto del misterio<br />
de Dios, títulos o virtudes del Señor o de la Virgen.<br />
Son fiestas cuyo contenido pertenece al ámbito<br />
de lo conceptual o abstracto más que al de las acciones<br />
concretas a través de las cuales Dios salva a<br />
los hombres. A juicio de un organismo eclesiástico<br />
oficial, este tipo de fiestas, desconocidas en la antigua<br />
tradición litúrgica, proviene del campo de la devoción<br />
privada y fueron incorporadas a la liturgia<br />
pública y oficial de la Iglesia en la edad media 29.<br />
De estas fiestas, algunas han quedado en el calendario,<br />
como el Corpus Christi, la fiesta de la Trinidad,<br />
la del Sagrado Corazón de Jesús y la de Cristo<br />
Rey. Otras, en cambio, o han desaparecido, como<br />
la del Santísimo Nombre de Jesús, la Preciosísima<br />
Sangre, Santísimo Nombre de María, Nuestra Señora<br />
de la Merced, Maternidad de María y María Rei-<br />
27 Sacrosal1ct/1I71 C0l1cilil11l1, n. 111<br />
"Calel1darill11l Roma/lllm ex decreto sacrosa/lcti oeCllme<br />
1lici COl1ciolii Vatical1i II illStallratllm allctoritate Pallli PP. VI<br />
promlllgatllm, Typis poliglotis vaticanis, Roma 1969, 65-75.<br />
2Y S. Congregatio Rituum, Il1structio de calel1dariis particlllaribllS<br />
revisel1dis 12, 14, febrero 1961: AAS 53 (1961) 174.<br />
240 PARA VIVIR EL AÑO LlTURGICO<br />
na, o han sido disminuidas de grado, como Nuestra<br />
Señora de Lourdes, Inmaculado Corazón de María o<br />
Virgen del Carmen. Con este mismo criterio de reducción<br />
y aligeramiento del calendario algunas fiestas<br />
han sido reunidas en una sola celebración, como<br />
la de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.<br />
- Someter a revisión crítica las noticias hagiográficas.<br />
Esta preocupación se venía arrastrando desde<br />
lejos. Ya me he referido anteriormente a la deplorable<br />
situación en que quedó el Martirologio Romano<br />
después de la redacción de Adón de Viena en el siglo<br />
IX. Gran parte de las inexactitudes y errores introducidos<br />
en ese martirologio pasaron después a la<br />
hagiografía cristiana: lugares equivocados, fechas<br />
inexactas, nombres de santos que jamás han existido,<br />
historias adulteradas resultado de leyendas sin<br />
base histórica alguna, etc.<br />
El equipo de expertos que debía llevar adelante<br />
tan delicada tarea pudo hacer uso de los resultados<br />
que la arqueología cristiana, las ciencias históricas y<br />
la hagiografía habían ido acumulando desde finales<br />
del siglo XIX, gracias especialmente a los estudios<br />
del padre Delehaye y otros investigadores pertenecientes<br />
a la institución «bollandista». Estos estudios<br />
facilitaron el trabajo y garantizaron la seriedad científica<br />
del mismo.<br />
En atención a este criterio fueron eliminados del<br />
calendario general los nombres de algunos santos<br />
que ofrecían mayores dificultades históricas, como<br />
Pablo ermitaño, santa Martina, santa Domitila, santa<br />
Pudenciana, santa Susana, santa Tecla, san Félix<br />
de Valois, santa Bibiana, santa Bárbara y otros. Con<br />
todo, la exclusión de estos santos del calendario general<br />
no implica un juicio negativo sobre la existencia<br />
de los mismos; sólo refleja la carencia de datos<br />
históricos fidedignos que aconsejan la permanencia<br />
de los mismos en el santoral de la Iglesia. A mi juicio,<br />
es de alabar este gesto honrado y valiente de la<br />
Iglesia del Vaticano n, llevado a cabo no sin dificultades<br />
y no sin la oposición, un tanto fanática, de una<br />
buena parte de la opinión pública.<br />
- Seleccionar los santos de mayor importancia. Al<br />
referirse a las fiestas de los santos que debían ser incorporados<br />
al nuevo calendario general de toda la<br />
Iglesia, la Constitución sobre la Liturgia señalaba<br />
que sólo debían seleccionarse «aquellos que recuer-