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bernal, jose manuel - 10

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de gracias y su envío por medio de los diáconos a los<br />

ausentes. Los que tienen y quieren, cada uno según su<br />

libre determinación, da lo que bien le parece, y lo recogido<br />

se entrega al presidente y él socorre de ello a huérfanos<br />

y viudas, a los que por enfermedad o por otra<br />

causa están necesitados, a los que están en las cárceles,<br />

a los forasteros de paso y, en una palabra, se constituye<br />

provisor de cuantos se hallan en necesidad» 9.<br />

Como acabo de indicar, Justino nos ha transmitido<br />

este testimonio en su Apología J, dirigida al emperador<br />

Antonino Pío. Probablemente esta es la razón<br />

por la cual no hace uso de la expresión cristiana<br />

«día del Señor» y recurre a la denominación pagana<br />

«día del sol», correspondiente a la semana planetaria.<br />

Es ésta la primera descripción de la eucaristía<br />

dominical que ha llegado hasta nosotros. De<br />

ahí la importancia excepcional de este testimonio.<br />

La referencia a la distribución de limosnas, en conexión<br />

con la celebración eucarística, ofrece un apoyo<br />

excepcional a mi punto de vista sobre el testimonio<br />

de Pablo, cuando invita a los corintios a hacer<br />

una reserva de limosnas «el primer día de la semana»<br />

para que puedan ser enviadas a la comunidad<br />

de Jerusalén. Al final del pasaje, en un texto que he<br />

El dla del Señor es el dla en que la comunidad<br />

Cristiana contempla con OJOS nuevos la<br />

creaclon salida buena de las manos de DIOS, recreada<br />

por la pascua de CrIStO, en espera de su<br />

consumación definitiva, de la aparición de los<br />

nuevos Cielos y la nueva tierra El hombre no solo<br />

debe ejercer su dominio sobre la naturaleza,<br />

SinO que al mismo tiempo debe cultivar el mundo<br />

como misteriO estableCiendo una "relaCión<br />

franciscana" (P Rlcoeur) con el Hace falta que<br />

este mundo homlnlzado permanezca abierto ala<br />

experiencia espiritual de la trascendencia, que<br />

'Justino, Apología J, 67, 3-6, en D. RUlZ Bueno, Padres<br />

apologistas griegos, n, BAC, Madrid 1954, 258-259.<br />

EL DOMINGO, «DíA ECOLÓGICO»<br />

toda la realidad se convierta en metafora del<br />

creador, que los oJos interiores del hombre creyente<br />

vean una "alUSión" alll donde otros ven<br />

pura "ilUSión" Como ha escrito Ollvler Clement<br />

"Hemos sacnllcado los arboles con el pretexto<br />

de que no servlan para nada Ynos damos<br />

cuenta hoy de que, Sin arboles, la tierra ya no es<br />

fecunda Esta época necesita hombres que sean<br />

como árboles, cargados de una paz silenCiosa,<br />

arraigada ala vez en plena tierra y en pleno cielo"<br />

omitido, Justino indica dos razones importantes<br />

que justifican la originalidad del domingo: es el día<br />

de la creación y el día de la resurrección del Señor.<br />

Concluimos esta encuesta citando unas palabras<br />

que la Didascalia de los Apóstoles, documento siríaco<br />

de mediados del siglo nI, dirige a los obispos:<br />

«Cuando enseñes, ordena y persuade a tu pueblo<br />

de que sea fiel a reunirse en asamblea; que no falte a<br />

ella, sino que sea fiel en reunirse para que nadie desprecie<br />

la Iglesia no yendo allí y nadie disminuya un<br />

miembro del cuerpo de Cristo... Ya que vosotros sois<br />

miembros de Cristo, no os salgáis de la Iglesia faltando<br />

a estas reuniones. Vosotros tenéis a Cristo como<br />

Maestro, presente como lo ha prometido. No os despreciéis,<br />

pues, a vosotros mismos y no privéis a nuestro<br />

Salvador de sus miembros; no dividáis y no disperséis<br />

su cuerpo; no antepongáis vuestros asuntos a<br />

la Palabra de Dios, sino abandonad todo en el día del<br />

Señor y corred con diligencia a vuestras asambleas,<br />

pues aquí está vuestra alabanza. Si no, ¿qué excusa<br />

tendrían ante Dios los que no se reúnen el día del Señor<br />

para escuchar la palabra de vida y nutrirse del alimento<br />

divino que permanece eternamente?» <strong>10</strong>.<br />

Así, pues, el domingo, engarzado en el fin de<br />

semana, debe ser para el creyente actual el día<br />

en que, tomando conCienCia de haber Sido creado<br />

"a Imagen de DIOS", ejercite su relaclon fraternal<br />

con la creación VISible, no por mediO de<br />

su trabaja yde su técnica, SinO en el disfrute, en<br />

la apertura gozosa y contemplativa a todos los<br />

valores de ese mundo VISible que por boca del<br />

hombre tributa su himno de alabanza al creador<br />

Xavler Basurko, Para vIvir el domingo, Verbo<br />

DIVinO, Estella 1993, 133<br />

<strong>10</strong> Libro 11, c. 59, ed. F X. Funk, Didascalia et CO/lstitwio­<br />

/les Apostolorum, J, Paderborn 1905, 170-172.<br />

PARA VIVIRELAÑOLITURGlCO 55

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