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bernal, jose manuel - 10

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paración a la pascua que dura tres semanas. Hecho<br />

extraño y exclusivamente romano. Sobre la existencia<br />

de esta preparación de tres semanas nos informa<br />

hacia el año 439 el historiador griego Sócrates:<br />

«Es fácil ver que los ayunos que se observan antes<br />

de pascua se guardan de modo distinto por unos y por<br />

otros, pues los que viven en Roma ayunan tres semanas<br />

seguidas antes de pascua, excepto el sábado y do-<br />

• 6<br />

mIngo» .<br />

A partir de esta noticia, parece claro que en Roma<br />

la preparación a la pascua ocupaba un período<br />

de tres semanas, con un ayuno diario, excepto sábados<br />

y domingos. Pero ¿a qué época se remonta esta<br />

institución prepascual de tres semanas?<br />

Algunos indicios demuestran la existencia de este<br />

ayuno prepascual de tres semanas y que estaba ya<br />

en uso a finales del siglo III, para desaparecer después<br />

entre el 354 y el 384. Los indicios son los siguientes.<br />

Por una parte, es sorprendente la forma<br />

como se denomina en algunas fuentes romanas el<br />

domingo quinto de cuaresma, llamándole «dominica<br />

in mediana» 7. Esa denominación está haciendo<br />

referencia a un estadio más arcaico en el que la preparación<br />

a la pascua contaba con tres domingos (correspondientes<br />

a los actuales 4, 5 Y Ramos) y, por<br />

tanto, con tres semanas. Sólo en ese caso el domingo<br />

V podía denominarse «dominica in mediana» o<br />

domingo «de en medio». Difícilmente podía denominarse<br />

de ese modo en el marco de los cuarenta<br />

días.<br />

Por otra parte, el eminente liturgista Antoine<br />

Chavasse ha demostrado que «las lecturas de la misa<br />

durante esas tres semanas forman un grupo tan<br />

coherente y tan independiente -se refiere al sistema<br />

de lecturas anterior a la reforma del Vaticano IIque<br />

aún siguen atestiguando la antigua autonomía<br />

de esos veintiún días de ayuno» 8. En efecto, es característico<br />

en esas tres semanas la lectura exclusiva<br />

6 Historia eclesiástica, 5, 22: PG 67, 634.<br />

70rdo Romanlls, XXVI y XXVIII.<br />

, La strllctllre dll carbne et les lectllres des messes qlladragésimales<br />

dans la litllrgie romaine: La Maison-Dieu 31 (1952)<br />

83.<br />

de una serie de perícopas joánicas. Esta tradición ha<br />

permanecido hasta nuestros días.<br />

Más aún: el Cronógrafo Romano de 354 nos ofrece<br />

unas fechas relativas a la celebración de la pascua<br />

que dejan suponer claramente una preparación de<br />

tres semanas. En efecto, el intervalo que nos ofrece<br />

el viejo calendario va del 8 de marzo al 18 de mayo.<br />

En ese intervalo justamente cabe una preparación<br />

pascual de tres semanas. Según ese cálculo, pascua<br />

caería ese año el 29 ó 30 de mayo e iría seguida de<br />

la cincuentena pascual. Todo ello nos demuestra que<br />

ese cálculo seguía siendo válido en 354. Por tanto, la<br />

Iglesia de Roma siguió manteniendo, por lo menos<br />

hasta esa fecha, la preparación pascual de tres semanas.<br />

La fijación de esas tres semanas estuvo motivada<br />

probablemente por el deseo de hacer coincidir la<br />

pascua con el inicio cronológico del año. En Roma<br />

el año comenzaba elide marzo. Por otra parte, la<br />

pascua no podía caer nunca antes del 22 de marzo.<br />

Teniendo en cuenta estas fechas, el mínimo de días<br />

que podían reservarse como preparación a la pascua<br />

era de 21 días; exactamente tres semanas. Es el<br />

tiempo que va del comienzo del año (l de marzo) al<br />

posible día de pascua más cercano (22 de marzo).<br />

Como se ve, la motivación es estrictamente local.<br />

Por eso la tradición de las tres semanas quedó reducida<br />

al ámbito del área litúrgica romana. Esta costumbre<br />

se pierde entre 354, fecha del Cronógrafo, y<br />

el 384, en que aparecen las primeras noticias sobre<br />

una preparación de cuarenta días. En efecto, en el<br />

385 el papa Siricio, en su carta a Himerio de Tarragana,<br />

alude ya a la existencia de la cuaresma en Roma.<br />

b) Primeros testimonios<br />

sobre la cuaresma romana<br />

Desde el año 332 tenemos noticia de la existencia<br />

de la cuaresma en oriente. En Roma, en cambio,<br />

no tenemos seguridad de la existencia de la cuaresma<br />

hasta el 385. El ayuno de tres semanas se alarga<br />

ahora a seis semanas. De esas seis semanas hay que<br />

restar los dos días últimos, viernes y sábado, que<br />

pertenecen al triduo pascual. Entonces quedan<br />

exactamente cuarenta días.<br />

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 153

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