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bernal, jose manuel - 10

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4. Trasvase de fiestas y de fechas<br />

entre oriente y occidente<br />

Esta breve reseña, inspirada en la excelente monografía<br />

de Bernard Botte 31, nos revela un fenómeno<br />

que ya hemos detectado al analizar los orígenes<br />

de otras fiestas o ciclos. Las fiestas cristianas, en la<br />

antigüedad, no se instituyen a golpe de decreto de la<br />

noche a la mañana, como ocurre en la actualidad.<br />

Es la ley de la vida la que se impone. El desarrollo<br />

cultural es fruto, más bien, de procesos de maduración<br />

que no se reproducen de manera idéntica en<br />

cada Iglesia. Es un proceso vivo, lento y progresivo<br />

al mismo tiempo. Sin traumas. Como todo organismo<br />

vivo, las Iglesias van enriqueciendo sus calendarios<br />

particulares de manera progresiva, incorporando<br />

los nuevos elementos y asimilándolos paulatinamente,<br />

hasta su consolidación plena y orgánica. Este<br />

proceso no sólo se advierte con referencia a la fecha<br />

de las fiestas, sino también respecto al contenido<br />

de las mismas.<br />

Tratándose de las fiestas de navidad y epifanía,<br />

hay que destacar un hecho sorprendente. Me refiero<br />

al intercambio de fecha y de fiestas que se opera entre<br />

oriente y occidente. Occidente exporta a las Iglesias<br />

de oriente la fiesta de navidad, y oriente, a su<br />

vez, exporta a occidente la fiesta de epifanía. Este<br />

hecho refleja unos poderosos vínculos de comunicación<br />

entre las dos grandes Iglesias. Dentro de la innegable<br />

autonomía que caracteriza a todas las Iglesias<br />

durante los primeros siglos, llama la atención la<br />

vigorosa comunión que reina en los comportamientos<br />

fundamentales. Nunca como en esa época se supo<br />

combinar mejor el respeto a las tradiciones propias<br />

de cada Iglesia con el obligado respeto a los elementos<br />

fundamentales, respecto a los cuales se<br />

mantuvo una unidad indiscutible. Quienes han cultivado<br />

la historia comparada de la liturgia son testigos<br />

cualificados de este fenómeno. En todo caso, los<br />

orígenes de las fiestas de navidad y epifanía y su recíproca<br />

expansión en oriente y occidente reflejan un<br />

inapreciable sentido eclesial de apertura y una capacidad<br />

impresionante para asumir y encarnar elementos<br />

nuevos.<br />

11 Les origines de la Noifl et de l'Épiphanie, Mont César, Lovaina<br />

1932.<br />

Queda colgando aún un interrogante: ¿por qué<br />

las Iglesias de la antigüedad eligieron esas fechas<br />

para celebrar el misterio de la manifestación del Señor?<br />

¿Pensaban acaso las comunidades primitivas<br />

que el nacimiento del Señor había tenido lugar históricamente<br />

en esas fechas? Nada nos induce a pensar<br />

que la Iglesia primitiva pretendiera celebrar en<br />

esos días el aniversario del nacimiento de Jesús. De<br />

hecho, todos los esfuerzos por fijar la época del año<br />

en que nació Jesús han sido vanos. La ausencia de<br />

datos serios a este respecto es total. Con todo, es<br />

cierto que se han ensayado algunos intentos de respuesta,<br />

pero basados en cálculos alegóricos, fruto<br />

más bien de la fantasía, que carecen por completo<br />

de validez histórica. Por ejemplo, en la obra De Pascha<br />

computus, compuesta en el 243, después de un<br />

largo proceso de malabarismos simbólicos, se llega<br />

a la conclusión de que Jesús nació el 28 de marzo,<br />

cuatro días después del equinoccio de primavera,<br />

que corresponde al cuarto día de la creación, cuando<br />

Dios creó el sol. Pero este cálculo, sin fundamento<br />

histórico alguno, hay que relacionarlo con la tendencia<br />

a fijar el nacimiento del Señor en conexión<br />

con el culto solar.<br />

Cuando la Iglesia de Roma fija la fecha del 25 de<br />

diciembre para celebrar el nacimiento de Cristo, no<br />

lo hace por motivos históricos, como si intentara celebrar<br />

en esa fecha el aniversario del nacimiento. La<br />

elección de esa fecha está claramente motivada por<br />

la fiesta pagana del Natalis l11Victi. La fiesta cristiana<br />

será una réplica o una cristianización del culto al<br />

sol, como ya he explicado al principio.<br />

En oriente ocurre otro tanto. Por el relato de san<br />

Epifanio citado anteriormente sabemos que el 6 de<br />

enero se celebraba en Egipto una fiesta pagana de tipo<br />

solar. Así se expresa Epifanio:<br />

«En muchos sitios los charlatanes que inventan<br />

los ritos idolátricos, para engañar a los adoradores de<br />

ídolos que confían en ellos, celebran una fiesta grandiosa<br />

precisamente en la noche que precede al día de<br />

la epifanía... Hay que citar en primer lugar la fiesta<br />

que se celebra en Alejandría en el llamado Koreion,<br />

esto es, en un templo majestuoso que se levanta en el<br />

recinto sagrado de Kore. Permanecen despiertos toda<br />

la noche, cantando algunos himnos y tocando la flauta<br />

para acompañar los cantos que entonan en honor<br />

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 185

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