10.05.2013 Views

bernal, jose manuel - 10

bernal, jose manuel - 10

bernal, jose manuel - 10

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

tienda. Dice en efecto: Aquel día Cristo hizo la pascua<br />

y murió; por eso es preciso que también yo haga exactamente<br />

como hizo el Señor. Pero se equivoca al no<br />

comprender que el año en que murió, Cristo no comió<br />

la pascua legal, ya que él mismo era la pascua preanunciada<br />

y realizada en el tiempo establecido» (Texto<br />

tomado del Syntagma contra todas las herejías) 19.<br />

«Aquel que había dicho "No comeré más la pascua"<br />

está claro que consumió antes de la pascua una<br />

cena; en cuanto a la pascua, sin embargo, él (Cristo)<br />

no la comió, sino que la sufrió. No era ése, en efecto (el<br />

13 de Nisán), el tiempo establecido para comerla» 20.<br />

Como puede percibirse por la misma antigüedad<br />

de los autores citados, pertenecientes casi todos a la<br />

segunda mitad del siglo n, éste ha sido el enfoque<br />

que ha caracterizado a la celebración pascual en la<br />

Iglesia primitiva. El mismo Tertuliano, a través de<br />

numerosos testimonios, deja entender que también<br />

en la Iglesia de Africa la pascua es celebrada, sobre<br />

todo, como memorial de la muerte del Señor. Según<br />

él, la comunidad cristiana, al celebrar la pascua,<br />

aparece como sumergida y bañada en la sangre del<br />

Señor. Por eso precisamente aconseja la celebración<br />

del bautismo en esa fecha 21. La pascua coincide con<br />

el ayuno, y los ingredientes simbólicos de la celebración<br />

expresan sentimientos de tristeza y de abatimiento<br />

porque el Señor ha sido arrebatado por la<br />

muerte 22.<br />

Sólo en el momento de la eucaristía la comunidad<br />

experimenta la presencia gozosa del Señor resucitado.<br />

Entonces es -precisamente en el banquete<br />

eucarístico- cuando se rompe el ayuno y da comienzo<br />

la fiesta. La tristeza se transforma en alegría<br />

desbordante y la espera ansiosa queda colmada por<br />

el encuentro con el Señor.<br />

Hay que decir, para terminar, que sería un error<br />

pensar que la Iglesia antigua ha celebrado en la pas-<br />

]"Ed. en R. Cantalamessa, La Pasqlla , 77.<br />

2" Ed. en R. Cantalamessa, La Pasqlla , 77.<br />

II De baptismo, 19, 1, ed. R. P. Refoulé, Traité dll Bapté11le,<br />

París 1952, 93.<br />

II De oratione, 18, CCSL 1, 267, 271-272; De ieilmio, 2:<br />

CCSL 2, 1258.<br />

cua el memorial de la muerte del Señor de manera<br />

exclusiva. Se ha insistido y se ha cargado el acento<br />

en la muerte. Esto es cierto. Pero la solemnidad pascual<br />

ha culminado siempre celebrando y experimentando<br />

la presencia del Señor resucitado, vencedor<br />

de la muerte y salvador del mundo 23. La lectura<br />

de la homilía pascual de Melitón de Sardes resulta<br />

altamente clarificadora a este respecto. El autor de<br />

la homilía, como se verá, centra su homilía en el tema<br />

de la pasión y de la muerte, pero siempre termina<br />

dirigiendo su atención a la resurrección y retorno<br />

glorioso al Padre.<br />

5. La primera reflexión teológica<br />

sobre la pascua<br />

El título de este apartado es un tanto presuntuoso.<br />

En realidad no se trata de una reflexión teológica<br />

en el sentido propio y estricto de la palabra. Hay,<br />

sí, en las dos homilías pascuales a las que vaya referirme<br />

en estas líneas, una teología subyacente, expuesta<br />

no de manera sistemática, sino como base<br />

doctrinal.<br />

Las referencias a la pascua que hemos visto hasta<br />

ahora han sido esporádicas y fragmentarias. Ahora,<br />

en cambio, vamos a prestar atención a dos homilías<br />

pascuales, conservadas íntegramente, ricas<br />

en contenido doctrinal y de un valor excepcional para<br />

una interpretación correcta de la celebración pascual<br />

en la Iglesia antigua. Ambas homilías, procedentes<br />

del Asia Menor, se remontan a la segunda mitad<br />

del siglo n. Una de ellas pertenece a Melitón de<br />

Sardes. La otra, atribuida falsamente durante algún<br />

tiempo a Hipólito, se adjudica hoya un autor desconocido,<br />

contemporáneo de Melitón 24. Ambos au-<br />

21 Me parece interesante la motivación expuesta por T. J.<br />

Talley para justificar esta referencia pascual a la muerte del<br />

Señor: «Un motivo importante de esta insistencia respecto a<br />

la muerte de Jesús, y esto vale igualmente para la frase sllb<br />

Pontio Pilato del credo, fue la necesidad de subrayar con fuerza<br />

la historicidad de nuestra redención en contra de la tendencia<br />

gnóstica a deshistoricizar el tema de la salvación» (Les<br />

origines..., 76). La observación me parece sugestiva, pero entiendo<br />

que debe tomarse como una pura hipótesis.<br />

"Hay que citar aquí la importante monografía de R. Can-<br />

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 81

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!