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a el cántico evangélico que se lee en las segundas<br />
vísperas del día:<br />
«Hoy ha nacido Jesucristo; hoy ha aparecido el<br />
salvador; hoy en la tierra cantan los ángeles, se alegran<br />
los arcángeles; hoy saltan de gozo los justos diciendo:<br />
Gloria a Dios en el cielo».<br />
De manera análoga, pero sin tanta insistencia, la<br />
liturgia de epifanía incide en la misma convicción:<br />
«Hoy la Iglesia se ha unido a su celeste esposo» (antífona<br />
para el Bel1edictus), y en la antífona para el<br />
Magnificat en las segundas vísperas:<br />
«Veremos este día santo honrado con tres prodigios:<br />
hoy la estrella condujo a los magos al pesebre;<br />
hoy el agua se convirtió en vino en las bodas de Caná;<br />
hoy Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán para<br />
salvarnos».<br />
y en la fiesta del bautismo del Señor: «Hoy en el<br />
Jordán, bautizado el Señor, se abrió el cielo»; «hoy<br />
se han abierto los cielos»; «hoy se nos revela un gran<br />
misterio».<br />
La repetición insistente del «hoy» no puede pasar<br />
inadvertida para quienes durante estos días celebramos<br />
la alabanza divina poniendo estas palabras<br />
en nuestros labios 29. ¿Qué significa este «hoy»<br />
reiterado e insistente? De manera simple, hay que<br />
responder que con esa expresión se intenta dejar<br />
constancia de la presencia y actualidad del misterio<br />
que se celebra. Quiero decir que el misterio del Dios<br />
hecho hombre y el de nuestra incorporación a la vida<br />
divina no es una realidad lejana, olvidada en el<br />
pasado histórico o, a lo sumo, traída a nuestra mente<br />
como un puro recuerdo psicológico. El misterio<br />
se hace presente y actual cuando la comunidad cristiana<br />
celebra la liturgia. Pero ¿cómo? ¿Cómo es posible<br />
hacer presente ahora un acontecimiento que se<br />
remonta al pasado histórico? 30.<br />
29Resulta sorprendente la insistencia del «hoy» en los textos<br />
litúrgicos de las liturgias orientales. Deseo subrayar el caso<br />
de la liturgia bizantina y, sobre todo, armena, de las cuales<br />
se recogen abundantes textos en la obra de J. Lemarié. Me remito<br />
a las siguientes páginas: 305, 322-323, 327 y 494-498.<br />
'" Este tema fue tratado por mí hace algún tiempo en: J.<br />
M. Bernal, La presencia de Cristo en la liturgia: Notitiae (Ro-<br />
198 PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO<br />
Esta pregunta nos sitúa de lleno en la encrucijada<br />
teológica que suscitaron los escritos de Oda Casel<br />
con su «Doctrina de los misterios» (Mysteriel1lehre).<br />
El no llegó a establecer razones convincentes,<br />
capaces de responder a las múltiples cuestiones que<br />
le fueron formuladas por diversos teólogos y desde<br />
distintas instancias. Sin embargo, su intuición fue<br />
válida. Así lo confirmó de algún modo el Concilio<br />
Vaticano II cuando, tratando del año litúrgico, afirmaba:<br />
«Conmemorando así los misterios de la redención<br />
(la Iglesia), abre las riquezas del poder santificador y<br />
de los méritos de su Señor, de tal manera que, en cierto<br />
modo, se hacen presentes (los misterios) en todo<br />
tiempo (adeo ut onmi tempore qllodammodo praesentia<br />
reddantur) para que puedan los fieles ponerse en<br />
contacto con ellos y llenarse de la gracia de la salvación»<br />
31.<br />
Estas palabras no hacen sino corroborar otras<br />
afirmaciones que ya en 1947 había formulado Pío<br />
XII en su encíclica Mediator Dei:<br />
«Por esto el año litúrgico, al que la piedad de la<br />
Iglesia alimenta y acompaña, no es una fría e inerte representación<br />
de hechos que pertenecen al pasado, o<br />
una simple y desnuda reevocación de realidades de<br />
otros tiempos. Es más bien Cristo mismo, que vive en<br />
su Iglesia siempre y que prosigue el camino de inmensa<br />
misericordia..., a fin de poner a las almas humanas<br />
en contacto con sus misterios y hacerlas vivir por ellos,<br />
misterios que están perennemente presentes...» 32.<br />
Estas palabras de Pío XII parecen quedar confirmadas<br />
con las del Concilio. Los acontecimientos<br />
redentores, que son evocados y celebrados a lo largo<br />
del año litúrgico, no son puros recuerdos reconstruidos<br />
en la imaginación. En cierto sentido se hacen<br />
presentes y actúan como acontecimientos de<br />
ma),27 (1984) 455-490 y fue traducido casi inmediatamente<br />
al francés: La prése¡¡ce dll Christ dans la liturgie: Communautés<br />
et Liturgie 66 (1984) 567-600.<br />
1) SacrosallCt/l11l COllcili1ll11, n. <strong>10</strong>2.<br />
" AAS 39 (1947) 580.