10.05.2013 Views

bernal, jose manuel - 10

bernal, jose manuel - 10

bernal, jose manuel - 10

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de su retomo al Padre implican, sin duda, una experiencia<br />

mística de la vida futura. Pentecostés ofrece<br />

precisamente el marco litúrgico y eclesial en el<br />

que esa experiencia se hace posible.<br />

Los testimonios de la tradición en ese sentido<br />

son numerosos. Para comenzar vaya traer a colación<br />

a uno de los testigos más importantes y más explícitos:<br />

Eusebio de Cesarea. Dice, a este propósito,<br />

en un escrito que suele datarse hacia el año 332:<br />

«De este modo, terminado felizmente el tránsito,<br />

nos recibe otra fiesta aún más larga que los hebreos<br />

llamaban pentecostés, la cual es imagen del reino de<br />

los cielos (oo.). Por eso no se nos permite, durante este<br />

tiempo de fiesta, someternos a ninguna disciplina ascética.<br />

Por el contrario, se nos enseña a ofrecer una<br />

imagen del deseado descanso de los cielos. Por este<br />

motivo, no nos arrodillamos para orar ni nos castigamos<br />

con el ayuno. Efectivamente, quienes han recibido<br />

la gracia de la resurrección no deben postrarse<br />

nuevamente en tierra; ni los que han sido liberados de<br />

las pasiones volver a mancharse con los malos deseos.<br />

Después de pascua, pues, celebramos pentecostés durante<br />

siete semanas íntegras, de la misma manera que<br />

mantuvimos virilmente el ejercicio cuaresmal durante<br />

seis semanas antes de pascua (. ..). A los padecimientos<br />

soportados durante la cuaresma sucede justamente<br />

la segunda fiesta de siete semanas que multiplica<br />

para nosotros el descanso, del cual el número<br />

siete es símbolo. Sin embargo, con estas siete semanas<br />

aún no se completa el número cincuenta de pentecostés.<br />

Este número de pentecostés, que va más allá<br />

de las siete semanas, establece como sello, en el único<br />

día que resta después de las mismas, la fiesta solemnísima<br />

de la ascensión de Cristo. Con razón, pues, representando<br />

durante los días de pentecostés la imagen<br />

del reposo futuro, nos mantenemos alegres y concedemos<br />

descanso al cuerpo como si ya estuviésemos<br />

gozando de la presencia del esposo. Por eso no se nos<br />

permite ayunan> 12.<br />

Una lectura reposada de este texto nos descubre<br />

una perspectiva más completa y profunda de la cincuentena.<br />

Volvemos a encontrar datos que ya hemos<br />

detectado en Tertuliano. Lo cual revela una línea de<br />

11 De sollemnitate paschali, 3: PG 24, 695-699.<br />

continuidad y una acusada sintonía entre las Iglesias<br />

en la forma de celebrar los días de pentecostés.<br />

Pentecostés no es, en ningún caso, un apéndice<br />

de la pascua, sino su culminación solemne. Por eso<br />

Eusebio habla de una «solemnidad aún mayor».<br />

Pascua se define como el «tránsito», el momento<br />

clave en que termina el ayuno y comienza la fiesta.<br />

Pero la fiesta se prolonga por espacio de cincuenta<br />

días ( = siete semanas y un día). Eusebio considera<br />

pentecostés como un tiempo de fiesta. Lo específico,<br />

lo que define a este tiempo de fiesta, es «ser imagen<br />

del reino de los cielos» o «imagen del reposo futuro».<br />

Eusebio sabe perfectamente que la experiencia<br />

de la cincuentena es una experiencia cultual que<br />

se mueve, por tanto, en la esfera de los ritos o símbolos<br />

cultuales. Por eso repite tres veces en el texto<br />

la palabra «imagen». Es una matización importante<br />

que, lejos de empequeñecer o degradar el nivel de<br />

la experiencia pascual, lo sitúa en sus justos términos.<br />

La comunidad cristiana experimenta el futuro<br />

durante el tiempo de pentecostés no de manera plena<br />

y definitiva, sino dentro de los límites de provisionalidad<br />

que le impone su condición de comunidad<br />

terrena y peregrina. No se trata de una experiencia<br />

plena y definitiva, como acabo de indicar,<br />

pero tampoco de una experiencia ficticia o ilusoria.<br />

En todo caso, se trata de una vivencia real y salvífica<br />

del futuro, inaugurado por Cristo en la resurrección.<br />

El reino futuro es presentado por Eusebio en<br />

términos de «reposo». En un determinado momento<br />

habla del «deseado descanso de los cielos». A este<br />

propósito establece una visión de pentecostés<br />

contrapuesta a la cuaresma, presentada aquí como<br />

un «ejercicio», como lucha o «disciplina ascética»<br />

contra las «pasiones» y los «malos deseos» que<br />

«manchan» al hombre y lo degradan. Pentecostés<br />

presupone la cuaresma -por eso ha hablado del<br />

«tránsito»- y se constituye como una contrapartida<br />

de la misma. La cincuentena es considerada «un<br />

tiempo de fiesta»; un tiempo en el que se suprime el<br />

ayuno, la oración se hace de pie y se instituye una<br />

especie de reposo «dominical» que, en este caso,<br />

mejor debiera denominarse «pascual». Todas estas<br />

formas de comportamiento son exigidas por la nueva<br />

condición de aquellos que han resucitado con<br />

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 135

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!