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bernal, jose manuel - 10

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En el Sacramentario de Verona encontramos un<br />

texto de oración en el que se refleja este aspecto que<br />

estamos intentando poner de relieve:<br />

«Concédenos, te pedimos, Señor, Dios nuestro,<br />

que aquel que hoy ha nacido para destruir al demonio<br />

y para la remisión de los pecados, nos libere de las faltas<br />

que nos acechan y nos defienda contra los ataques<br />

del enemigo» 25.<br />

Pero es, sobre todo, en la predicación de los Padres<br />

donde encontramos alusiones más claras y explícitas.<br />

Citamos, en primer lugar, algunas frases<br />

que encontramos en una homilía pronunciada el día<br />

de navidad, atribuida a san Basilio:<br />

« ••• así, por el solo hecho de su presencia en la naturaleza<br />

humana, la divinidad ha abolido la muerte que<br />

reinaba en ella... La muerte ha reinado hasta la venida<br />

de Cristo; pero, una vez aparecida la bondad de<br />

Dios nuestro salvador y elevado el sol de justicia, la<br />

muerte ha sido engullida en la victoria 26.<br />

De una manera más contundente, se afirma en<br />

una homilía navideña, atribuida a san Juan Crisóstomo:<br />

«Venid, pues, celebremos la fiesta. Venid, celebremos<br />

la solemnidad... Hoy el lazo antiguo ha sido roto,<br />

el diablo ha sido cubierto de confusión, los demonios<br />

han tomado la huida, la muerte ha sido destruida, el<br />

paraíso ha sido abierto de nuevo, la maldición ha sido<br />

borrada, el pecado ha sido barrido, el error se ha ido<br />

y ha reaparecido la verdad» 27.<br />

Al leer estos textos, a través de los cuales se refleja<br />

el contenido de la predicación de los grandes<br />

obispos de la Iglesia, se nos revela una dimensión<br />

nueva e insólita de la fiesta de navidad. Al releer<br />

esos escritos, uno se siente sumergido, más que en<br />

la fiesta del nacimiento, siempre de colorido tierno<br />

y entrañable, en la solemnidad de la pascua. El horizonte<br />

navideño que se nos ofrece desde esos textos<br />

nos resulta inusitado y sorprendente. Pero ello nos<br />

"Sacra11lentariu11I Veronense, ed. L. C. Mohlberg, n. 1251.<br />

26 Basilio, In sancta11l Christi generationem: PG 31, 1461.<br />

27 Juan Crisóstomo, In Natalem Christi diem: PG 56, 391.<br />

obliga, al mismo tiempo, a revisar nuestra concepción<br />

de la fiesta de navidad. Una vez más hay que<br />

decir que ese día no celebramos sólo el nacimiento<br />

del Señor. En realidad lo que se nos ofrece y hace<br />

presente es la totalidad del misterio salvador, con toda<br />

su amplitud. Por otra parte, hay que volver a subrayar<br />

la indiscutible vinculación de navidad a la<br />

fiesta de pascua. Los Padres de la Iglesia antigua<br />

eran más conscientes que nosotros de la unidad indisociable<br />

del misterio de Cristo.<br />

En esta clave hay que leer estas palabras que san<br />

León pronunció ante la comunidad cristiana de Roma<br />

reunida para celebrar el nacimiento del Señor:<br />

«Muy queridos todos: ¡Alegrémonos! Hoy ha nacido<br />

nuestro salvador. No nos está permitido dar cabida<br />

a la tristeza allí donde nace la vida que, borrando<br />

el temor de la muerte, nos infunde la alegría que<br />

conlleva toda promesa de eternidad. Que nadie se<br />

sienta excluido de poder participar, pues nuestro Señor,<br />

destructor tanto del pecado como de la muerte,<br />

vino para liberar a todos, ya que a nadie encontró libre<br />

de pecado.<br />

Llénate de júbilo, tú que eres santo, porque el premio<br />

está cerca. Alégrate, tú que eres pecador, porque<br />

serás perdonado. No desesperes, tú que no crees, porque<br />

también tú eres llamado a la vida. Pues el Hijo de<br />

Dios, al creerlo oportuno el misterioso pensar divino,<br />

tomó la naturaleza del género humano para reconciliarla<br />

con su creador y, de este modo, el inventor de la<br />

muerte, el llamado diablo, se viera vencido por la misma<br />

naturaleza que había dominado» 28.<br />

6. El «hoy» de la celebración natalicia<br />

o la presencia del misterio<br />

Con una insistencia machacona, como si de un<br />

estribillo se tratara, la liturgia de navidad alude reiteradas<br />

veces a la presencia actualizada del misterio:<br />

«Hoy sabréis que viene el Señor»; «hoy, por nosotros,<br />

se ha dignado nacer de la Virgen»; «hoy nos<br />

ha descendido del cielo la paz verdadera»; «hoy nos<br />

ha nacido un niño»; y, sobre todo, en la antífona pa-<br />

28 León Magno, Sermón 21: ee 138,85.<br />

PARA VIVIRELAÑOLITURGICO 197

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