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bernal, jose manuel - 10

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de la cincuentena se manifiesta igualmente al convertirse<br />

el día cincuenta en una fiesta. Dejará de ser<br />

la clausura o colofón de la cincuentena para convertirse<br />

en un día de fiesta autónomo en el que se conmemora<br />

la venida del Espíritu Santo, como si se tratara<br />

de una fiesta aniversario. Por otra parte, es fácil<br />

adivinar cómo el esquema cronológico del libro<br />

de los Hechos va dejando su huella en la configuración<br />

de estas fiestas. Habiendo celebrado la ascensión<br />

del Señor a los cuarenta días, es normal que,<br />

diez días más tarde, se celebre el envío del Espíritu<br />

Santo sobre los apóstoles. De una visión unitaria y<br />

sacramental del misterio de la glorificación del Señor,<br />

inspirada en el evangelio de Juan, se pasa a una<br />

visión más histórica y fragmentaria que se inspira, a<br />

su vez, en los Hechos de los apóstoles.<br />

Los testimonios son abundantes. Pero no vaya<br />

entorpecer la lectura de estas páginas multiplicando<br />

las citas. Quiero hacer referencia, sin embargo, a algunos<br />

escritos de san León, en los que el obispo de<br />

Roma determina qué días son aptos para administrar<br />

el bautismo. El papa, convencido de permanecer<br />

fiel a la tradición de los apóstoles, no aprueba el<br />

que los obispos de Sicilia administren el bautismo el<br />

día de la epifanía. San León considera que los días<br />

más aptos para celebrar el bautismo, con una preparación<br />

catecumenal adecuada, son pascua y pentecostés<br />

2 -l. En ese contexto, el obispo de Roma se refiere<br />

a pascua y pentecostés como a dos fiestas paralelas<br />

e independientes. La primera celebra la resurrección<br />

del Señor; la segunda, la venida del Espíritu<br />

Santo. En ambas se puede administrar convenientemente<br />

el bautismo a los catecúmenos. Ambas<br />

fiestas cuentan, por otra parte, con una vigilia nocturna<br />

en la que se lee ampliamente la Sagrada Escritura<br />

y es celebrado solemnemente el bautismo.<br />

Pentecostés acabará convirtiéndose en una verdadera<br />

réplica de pascua. Este fenómeno, que se detecta<br />

en Roma a través de algunas cartas y sermones de<br />

san León, se descubre igualmente en Africa a través<br />

del testimonio de san Agustín 25.<br />

24 Epístola XVI, Ad universos episcopos per Sicilialll constitutos:<br />

PL 54, 699.<br />

"Contra Faustulll, 32, 12.<br />

A lo largo del siglo V, la cincuentena pascual se<br />

desvanece y deja de ser un período de tiempo unitario<br />

y gozoso. Con la palabra «pentecostés» ya no se<br />

hace referencia a un período de cincuenta días, sino<br />

a la fiesta del día cincuenta, en la que se celebra la<br />

venida del Espíritu Santo y es administrado solemnemente<br />

el sacramento de la regeneración bautismal.<br />

Así de claro lo deja entender un autor anónimo<br />

del siglo V, denominado Pseudo-Agustín, a quien<br />

hay que situar en la Italia del norte, según manifiesta<br />

en un sermón pronunciado, sin duda, el día de<br />

pentecostés: «Hace diez días que hemos celebrado la<br />

ascensión de Cristo el Señor. Hoy celebramos el misterio<br />

de la manifestación del Espíritu» 26.<br />

d) Las dos octavas<br />

A lo largo del siglo V cobran un relieve especial<br />

los ocho días que siguen a la fiesta de pascua. Con<br />

todo, hay que decir que, a juzgar por las homilías<br />

pascuales de Asterio el Sofista, ya a principios del siglo<br />

IV aparece un avance de lo que posteriormente<br />

será la octava pascual. De hecho, Asterio, un ejemplo<br />

curioso de predicador laico, que debió de morir<br />

hacia el 341-nos ha legado un conjunto de homilías<br />

predicadas durante los días de la octava. Tendríamos<br />

aquí, pues, el primer testimonio de la existencia<br />

de la octava de pascua en la Iglesia siríaca a principios<br />

del siglo IV 27.<br />

A mi juicio, la octava de pascua ha sido motivada,<br />

al menos en sus orígenes, por la dinámica de la<br />

praxis bautismal. La preparación catecumenal, que<br />

se extendía de manera especial a lo largo de la cuaresma,<br />

culminaba con la solemne celebración del<br />

bautismo en la noche de pascua. Durante los ocho<br />

días que seguían a la pascua, los recién bautizados<br />

-neófitos- se reunían en la iglesia para escuchar un<br />

tipo de predicación en la que eran explicados los<br />

símbolos bautismales. Este tipo de predicación se<br />

llama «mistagógica». Así fueron las homilías de As-<br />

26 A. Olivar, Der 186. Senno des Pseudo-augustinischen Anhangs:<br />

Sacris Erudiri 5 (1963) 133-140.<br />

27 d. H. auf der Maur, Die OsterllOlIlilien des Asterios Sophistes<br />

als Quelle {ur die Geschichte der Oster{eier, Paulinus,<br />

Tréveris 1967.<br />

PARA VIVIR EL AÑO LITURGICO 145

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