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El cual, hombre mortal como nosotros,<br />
que lloró asu amigo Lázaro,<br />
y DIos y Señor de la vida<br />
que lo levantó del sepulcro,<br />
hoy extiende su compasión atodos los hombres<br />
y por medio de sus sacramentos<br />
los restaura auna vida nueva<br />
(PrefacIO domingo 5 de cuaresma)<br />
Estas razones sirven también para explicar la introducción<br />
de la septuagésima a lo largo del siglo<br />
VII, aunque después del 626. Esa es la fecha en que<br />
está datado el epistolario romano llamado Comes de<br />
Alcuino, en el cual se desconoce por completo la<br />
septuagésima. En cambio, los libros litúrgicos copiados<br />
en el siglo VIII hacen todos referencia clara<br />
a la septuagésima. Eso quiere decir que ésta fue introducida<br />
en la liturgia romana a mediados del siglo<br />
VII.<br />
Con la asignación de un formulario eucarístico<br />
para los jueves de cuaresma, llevada a cabo por el<br />
papa Gregario II (715-731), se cierra el proceso de<br />
asentamiento y estructuración definitiva del ciclo<br />
cuaresmal en la liturgia de Roma. Y así se ha mantenido<br />
la cuaresma romana hasta la reforma litúrgica<br />
del Concilio Vaticano II.<br />
Todos los datos que acabo de presentar nos permiten<br />
hacernos una idea de la estructura cuaresmal<br />
en Roma, tal como ha venido configurándose desde<br />
los siglos III y IV. Pero esto es sólo el armazón, el esqueleto.<br />
Ahora interesa descubrir y analizar el contenido,<br />
el espíritu que la anima. Es ésta una tarea<br />
sugestiva y enriquecedora. La vamos a emprender<br />
en las páginas que siguen.<br />
3. Una experiencia de desierto<br />
La estructura de la cuarentena exigirá desde el<br />
principio un enfoque peculiar de este tiempo de preparación<br />
a la pascua. Cuando el ayuno prepascual se<br />
limitaba a dos días o, a lo sumo, a una semana, las<br />
motivaciones de fondo que lo justificaban hacían re-<br />
156 PARA VIVIRELAÑOLITURGICO<br />
- El gesto de Jesús resucitando a Lázaro es tomado aquí como<br />
Imagen de la acción hberadora de la pascua por la cual él mismo<br />
libera de la muerte a todos los que creelt en él y celebran sus mlstenas.<br />
Por ser hombre, Jesús ha compartido nuestro llanto; por ser<br />
DIOS, es capaz de MeranlOs de la muerte.<br />
ferencia a la tristeza de la Iglesia por la ausencia del<br />
esposo, o respondían a un clima espiritual de ansiosa<br />
y vigilante espera, que culminaba cultualmente<br />
en la cena eucarística de la noche de pascua. La referencia<br />
a los judíos tuvo escasa importancia.<br />
El ayuno cuaresmal -de cuarenta días- tendrá<br />
desde el principio unas connotaciones peculiares<br />
impuestas, en gran parte, por la misma significación<br />
simbólica del número cuarenta. Es altamente significativo<br />
que toda la tradición occidental inicia la<br />
cuaresma con la lectura del evangelio de las tentaciones<br />
de Jesús en el desierto. Este hecho, verificable<br />
en casi todas las liturgias de occidente, es una<br />
muestra de la importancia que reviste el tema del<br />
desierto y de la cuarentena para una interpretación<br />
global del conjunto de la cuaresma. El tiempo cuaresmal<br />
es, ante todo, una experiencia de desierto<br />
prolongada por espacio de cuarenta días.<br />
a) El ayuno de los cuarenta días<br />
La antigua liturgia hispánica, al iniciar la celebración<br />
del primer domingo de cuaresma, invitaba a<br />
la comunidad de fieles a recordar el ejemplo de los<br />
antiguos padres. Se refiere a Moisés y Elías, los cuales<br />
nos enseñaron a santificar la cuaresma con el<br />
ayuno y la oración. Sobre todo, se subraya el ejemplo<br />
de Cristo, el cual, con su experiencia de desierto,<br />
nos enseñó a vencer la tentación y a alimentarnos de<br />
lo que sale de la boca de Dios:<br />
«Ellos (Moisés, Elías y el Señor) nos indican lo<br />
que debemos hacer, no sólo con sus palabras, sino con<br />
sus obras: el primero es Moisés, el legislador, el cual,<br />
en el espacio de cuarenta días, ascendió a la cumbre