Jornadas de estudio: Integración en familia ... - Nadie sin Futuro

COMUNICACIONES
Por último, el Índice de Familismo o Solidaridad Familiar compuesto por indicadores
como, “Cuando uno tiene un problema serio, solo la familia puede ayudar”, registra valores
relativamente bajos. Entre un mínimo de 1 y máximo de 4, el promedio solo alcanza 2,5
indicando que solo en algo más de la mitad predominan las relaciones intra-familiares sobre
las mantenidas con otros sujetos. La conclusión que sugieren estos resultados es que,
aunque la vida en común y relaciones entre las generaciones son buenas, no conllevan un
dominio excesivo de la familia. Por el contrario, se observan entre los jóvenes niveles notables
de apertura al exterior. El relativamente bajo índice de familismo señalaría relativa ausencia
de resistencia a la integración a la sociedad receptora.
En resumen: los datos recogidos acerca de las situaciones familiares desde las que los
jóvenes latinoamericanos abordan su integración adulta dejan una impresión mezclada.
Por una parte el capital humano con que les ayudan sus padres es más bien modesto y no
está socialmente muy reconocido, sobre todo el de sus madres. Por otra parte hay una no
pequeña proporción de familias uniparentales, con las situaciones de riesgo que ello lleva
a ocasionar. Y de todas maneras las relaciones intergeneracionales son mayoritariamente
sanas, aunque como un 15 % no dejan de suscitar inquietudes.
Desde otro punto de vista estos problemas reaparecen en el rendimiento escolar de los
hijos de los inmigrados. Lo muestra el hecho de que, siendo relativamente elevada la media
de conjunto de las calificaciones escolares obtenidas por los hijos de inmigrantes en
Madrid y Barcelona, a saber, 5,95 puntos sobre diez, es también muy alta la desviación típica
con respecto a esa media, más de 2 puntos, que aparece en los resultados. Ella nos remitiría
a un sector como de un 20 % de fracaso escolar.
En resumen: las familias latinoamericanas, vistas desde la perspectiva de su aptitud y
capacidad para apoyar adecuadamente la inserción social de sus hijos, muestran en España
mayoritariamente un buen nivel por la composición de sus hogares, por su capital humano,
por la calidad de sus relaciones con los hijos y por la apertura a los no latinos que
aceptan y fomentan en ellos. Ello no obsta para que los datos con que contamos nos remitan
a tener que contar con una minoría en cierta medida problemática. Y esta minoría aparece
por ejemplo con luz propia en otro estudio sobre bandas latinas de que me he ocupado,
según el cual no son raros en enclaves latinos de barrios deprimidos, con sobrerrepresentación
de progenitores de bajo capital humano, el absentismo y el gamberrismo escolar.
Estos últimos estarían propiciados por la desatención que padecerían los muchachos
de parte de sus progenitores a los cuales unos duros horarios de trabajo les impedirían
ocuparse suficientemente de sus hijos e incluso saber dónde están y qué hacen en sus
horarios escolares.
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