Jornadas de estudio: Integración en familia ... - Nadie sin Futuro

JORNADAS DE ESTUDIO: INTEGRACIÓN EN FAMILIA. PROCESOS Y TENDENCIAS
El barrio en riesgo
A partir de las tres condiciones antedichas puede constatarse que los barrios no son algo
estático, sino que se construyen socialmente (es decir, a partir de las relaciones sociales
entre sus habitantes y entre los actores sociales que en ellos inciden) pero también que los
vecindarios se construyen espacialmente (es decir: que dependiendo de cómo se conciba
el espacio, cómo se dote el mismo y cómo se invierta en él, las relaciones vecinales resultarán
de una manera o de otra –Martínez Veiga. 2000–).
No es ningún secreto que a un sistema económico como el neoliberal que fomenta el
consumismo y la competitividad, los espacios locales donde pueden desarrollarse relaciones
de tipo comunitario le resultan poco funcionales cuando no adversos. No es casual que
en los nuevos planes urbanísticos de las ciudades se fomente el modelo estadounidense
de casa-condominio, cerrado hacia el exterior, con grandes vías longitudinales que tienen
como destino los centros comerciales donde las personas se “encuentran” ejerciendo su
poder de compra. Nuevos desarrollos urbanos sin lugares para el intercambio, con múltiples
vallas y cámaras de seguridad, dirigidos a las clases medias autóctonas y que contrastan
con los centros degradados de las ciudades y con los barrios de tipo fordista, construidos
en los años 60 y 70 a los que no se ha dotado con suficientes servicios e infraestructuras
y en donde se congrega la población inmigrante. La apuesta por modelos urbanísticos
segregadores que dualizan el espacio urbano y no arriesgan por la revitalización de los
barrios tradicionales es un importantísimo riesgo para la supervivencia de los mismos y, a
medio plazo, para la convivencia vecinal.
Otro riesgo importante es la insuficiente implicación de los poderes públicos en garantizar
el ejercicio de los derechos sociales a los ciudadanos en condiciones de igualdad tanto
en su disfrute como en su accesibilidad. La falta de compromiso con las políticas públicas,
la entrada de operadores privados en la gestión de servicios públicos esenciales y la introducción
de criterios que en ocasiones pueden ir en contra del principio de equidad son
buena muestra de ello, como también lo es el cierre de no pocos dispositivos públicos o su
reducción para maximizar su utilidad con la excusa de los recortes sociales. Esta situación
promueve que el individuo se vea privado del disfrute de sus derechos o tenga que desplazarse
fuera de su ámbito de vida cotidiana para gozar de ellos.
Por último, el tejido asociativo insertado en los barrios, fuertemente dependiente de la
financiación pública y actualmente afectado por recortes en subvenciones y ayudas, se está
debilitando progresivamente y corre el riesgo de desaparecer, con lo que esto supone
para los derechos de sus habitantes y para las comunidades que viven en él: “cuts kill com-
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