Jornadas de estudio: Integración en familia ... - Nadie sin Futuro

COMUNICACIONES
ción de las diferencias por considerar que ser diferente significa ser inferior a los demás 22 ,
o la de insistir excesivamente en las diferencias lo cual puede llevar al niño a sentir que se
cuestiona su pertenencia a la familia y a su nuevo entorno 23 .
La integración de las diferencias en otros tipos de familias “internacionales” y mixtas
presenta retos y actitudes similares, y su forma adecuada de afrontamiento, pasa también
necesariamente por un sano y complejo ejercicio de interculturalidad.
2.3. El desafío de la dependencia
Si la dependencia es uno de los retos esenciales de la familia actual, en los casos de familias
internacionales, los desafíos son particularmente complejos bien por la inexistencia
de la red de apoyo familiar que existe en las familias domésticas como por la diferente forma
de afrontar la atención a los dependientes en las diversas culturas. Este es el caso de la
denominada “gerontoinmigración” y de la dependencia que se produce en el seno de familias
inmigrantes.
Así, en los últimos 10 años ha aumentado considerablemente el número de extranjeros
que han venido a residir a nuestro país con motivo de su jubilación 24 , una parte importante
de los cuales son europeos. Esta “gerontoinmigración” se concentra en ciertas provincias
españolas con “buen clima” (Alicante, Málaga, Baleares y Canarias) y normalmente llegan
a nuestro país en pareja o de forma individual. Si en nuestra cultura mediterránea las personas
mayores elijen normalmente envejecer y “retirarse” en su tierra o pueblo de origen
o a veces en la gran ciudad en la que viven sus hijos y nietos buscando su compañía y cuidados,
la familia europea (particularmente la anglosajona o nórdica) es menos gregaria y
más individualista y es relativamente frecuente buscar un lugar de retiro lejos del resto de
sus familiares. En estos casos, no existe el apoyo de la red social familiar cuando comienzan
a presentarse situaciones de dependencia, porque dicha “red” está lejos y porque además
culturalmente no se autorresponsabiliza de ellas. Esto situación está generando una mayor
dependencia de esta población de nuestros Servicios sociales en las provincias señaladas
pero sobre todo un déficit importante en la cobertura afectiva de sus necesidades a veces
cubierta por su red de compatriotas también mayores.
22 Si bien muchos niños adoptados en el extranjero pasan ellos mismos al llegar por una fase de “deculturación”
o “transplante” negándose a utilizar su lengua de origen o violentándose al hablar de su vida anterior. Sin embargo,
años después en la adolescencia la construcción de la propia identidad suele tener como pieza fundamental
la búsqueda de orígenes y para ello deben estar preparados y la familia facilitar esta construcción positiva.
23 BERÁSTEGUI PEDRO-VIEJO, A. GOMEZ BENGOECHEA, B. ADROHER BIOSCA, S. Adopción internacional
en la Comunidad de Madrid. Madrid 2006, pp. 26-7-
24 Si en 2001 residían en nuestro país 72.617 extranjeros mayores de 64 años, en marzo de 2008 ya eran
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