Jornadas de estudio: Integración en familia ... - Nadie sin Futuro

PONENCIAS
lo público, mientras lo público se hace privado. Unido a este movimiento constatamos y
vivenciamos un poder estatal centralizado, concentraciones de capital, nuevas divisiones
del trabajo y relaciones de mercado, la movilidad y el consumo de masas, y una desvinculación
igualmente del individuo, dando como resultado una serie de contradicciones que
originariamente son sociales, pero en las que se abandona al individuo, a sus capacidades
e incapacidades en su resolución. El resultado de esta evolución es ambivalente. Por un lado
las personas y los individuos pueden ser “ellas mismas”, pueden determinar libremente
lo que quieren o no, su vida particular, su vida familiar, sus valores, sus preferencias, etc. y al
mismo tiempo deben cargar los individuos con unas responsabilidades sin criterios fijos y
fiables que les garanticen lo acertado de su decisión. La incertidumbre, la inseguridad y el
aislamiento se instalan en nuestras vidas. “La llamada a la comunidad (bien común, objetivos
comunes, tarea común, etc.) solo se puede dirigir a un “destinatario anónimo” (Sander
1998, p. 64), es pues una llamada a ninguna parte que, por consiguiente, no obtendrá respuesta.
El individuo se verá zarandeado entre las referencias de la era industrial perdidas y
superadas, sin atractivo por tanto, y la incertidumbre que supone tomar decisiones montunamente,
obligación de elegir, sin ninguna garantía de éxito.
El protagonista del libro de Sennet (2001), rico, joven y exitoso manager en busca de
empleo, padre de familia, con dos hijos y descendiente de inmigrantes italianos en EE.UU.
encarga muy bien la figura del padre de familia de nuestra época, que quisiera transmitir a
sus hijos, la seguridad de los principios y normas de vida de la era industrial, al mismo tiempo
que sabe que ese bagaje normativo y axiológico no les sirve de nada, más aún, serían
perjudiciales para el futuro de sus hijos; la incertidumbre y la inseguridad y el cierto desgarro
se instalan con todo el ajuar en el núcleo mismo de la vida familiar.
El paradigma de la “individualización” aquí brevemente presentado nos permite entender
y comprender los cambios y fenómenos que observamos y vivenciamos en la sociedad
en la que vivimos y que encuentran su manifestación y reflejo también en las múltiples y
diversificadas formas de familias y en sus comportamientos sociales, en sus valores y en sus
estilos de vida. Libertad, democracia, responsabilidad, igualdad, pero con la misma fuerza
se instalan en nuestra vida: la inseguridad y la incertidumbre, el miedo al vínculo, lo que
conlleva un grado algo de aislamiento y soledad. Quizá la crisis que venimos padeciendo
nos ayude a re-inventarnos como comunidad, o por lo menos a descubrir que aun siendo
individuos necesitamos vivir en sociedad, es decir vinculados.
59