Jornadas de estudio: Integración en familia ... - Nadie sin Futuro

INAUGURACIÓN DE LAS JORNADAS
• El Director de Inmigración de la Comunidad Autónoma de Madrid, don Pablo Gómez
Tavira.
• El Presidente de Cáritas, don Rafael del Río.
• El Rector de la Universidad de Salamanca, don Ángel Galindo.
• El Vicerrector de la Universidad Pontifica Comillas, Julio Martínez.
• Don Pablo Aledo, Director de la Fundación Altius. Universidad Francisco de Vitoria.
• Presidente de Accem, don Pedro Puente.
• Presidente de ASTI, don Antonio Martínez Rodrigo.
• José María Guerrero, Provincial de la Compañía de Jesus.
• Doña Rosa de la Cierva, de “Valores y Ciudadanía”.
• Higinio Pi, Delegado interprovincial del Sector Social SJ y Representante del Servicio
Jesuita a Refugiados y Migrantes.
Y, por último, hemos recibido la adhesión en forma de cartas y telegramas –que se
unen a los que personalmente haya recibido don José– del Pontificio Consejo para los emigrantes
y refugiados por medio de su Presidente el Arzobispo Monseñor Antonio Veglió, la
de la Secretaría General del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), las adhesiones
de varios obispos, la del Presidente de CONFER, Elias Royón, del SJM, y otras muchas
personas e instituciones.
Como resumen de todas ellas, me permito recoger en público la que escribió monseñor
Santiago Agrelo, Arzobispo de Tánger:
“Gracias por la cordial invitación a participar en el acto de entrega a monseñor José
Sánchez González, obispo emérito de Sigüenza-Guadalajara, de la Medalla al Mérito
en la Emigración.
Me dirijo a ti, querido Jose Luis Pinilla, para que hagas llegar a don José mi adhesión
a ese acto de reconocimiento a su labor a favor de los emigrantes.
Del 12 al 17 de este mes estará reunida en Túnez la Plenaria de la CERNA, Conferencia
Episcopal de la Región Norte de África, y toca participar: es tiempo de encuentro
con hermanos probados por la dificultad y animados por la esperanza.
Por pura gracia, se nos ha concedido pertenecer al cuerpo de Cristo, a su Iglesia, y
gracia de Dios es que nos sepamos hermanos y compañeros de camino de tantos hombres
y mujeres en los que Cristo vive y sufre.
En Túnez y en Madrid nos reunirá a todos una misma inquietud, la misma esperanza,
el mismo amor, el mismo Cristo.
En el camino de los pobres, en el de Cristo, don José ha dejado muchos años de su
tiempo, y a otros caminantes nos ha legado ideas, experiencias, luces, estímulos, ense-
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