Jornadas de estudio: Integración en familia ... - Nadie sin Futuro

COMUNICACIONES
con horarios de atención, barreras mentales basadas en prejuicios y estereotipos, barreras
educativas, etc. Esto también supone inversión en dispositivos y recursos (personales, formativos,
físicos, de mediación) que contribuyan a allanar la brecha existente entre los integrados,
más o menos precarios, y los vulnerables,entre los vulnerables y los excluidos.
Segunda condición: Existencia y cuidado de las condiciones de
habitabilidad y de los espacios de relación y ocio
Autores como Bauman (2002, 2006) o Wacquant (2006, 2007) han estudiado cómo la
planificación urbanística, la calidad y condiciones de habitabilidad de las viviendas y el cuidado
de los ámbitos de esparcimiento y ocio existentes condicionan la calidad de vida y
relaciones en los barrios, contribuyendo a que sean espacios integrados o espacios segregados.
Desde esta óptica cobra una especial importancia la inversión pública que posibilita la
rehabilitación de las casas, la instalación de ascensores en viviendas antiguas, el cuidado
de los parques, las instalaciones de juegos infantiles y los espacios polideportivos, la recogida
de basura, el cuidado de las aceras, la existencia de una red de comunicaciones cercana
y accesible con el centro de la ciudad. Las decisiones de inversión en uno u otro sentido
potenciarán o degradarán los barrios y por ende condicionaran su dotación en servicios
y la calidad de los mismos.
Tercera condición : la existencia de tejido asociativo
En la construcción de la “vida y el diálogo en la plaza” tiene un protagonismo fundamental
el tejido asociativo presente en los barrios, ya sea en forma de entidades del tercer
sector no lucrativo, ya en forma de asociaciones de vecinos. Son estas entidades, arraigadas
en los barrios y comprometidas con sus habitantes las que escuchan las necesidades,
actúan como interlocutores ante las administraciones, denuncian vulneraciones de los derechos,
sensibilizan y ayudan a mediar en conflictos entre otros cometidos.
Dentro de la gestión de las relaciones interculturales merece un especial protagonismo
el Tercer Sector Migrante (asociaciones “de inmigrantes” y asociaciones “pro-inmigrantes”)
por la función que desempeñan en la articulación y promoción de cauces de interlocución
y diálogo entre los “nuevos” y los “viejos” vecinos y por su contribución a desmontar estereotipos
y prejuicios que dificultan la convivencia. Estas entidades permiten que vecinos
inmigrantes se sientan más ciudadanos porque les brindan las claves para sentirse partícipes
y encontrar su lugar en un barrio que es el suyo. De este modo se construye ciudadanía
intercultural desde la vecindad intercultural (Gómez Ciriano 2006).
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