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Lenguaje juvenil: disfemismo, cortesía y factores
fónicos
Rodríguez Ponce, María Isabel
Universidad de Extremadura
Desde el punto de vista sociolingüístico, la transformación de la conversación
coloquial en el español peninsular, paralela al cambio de la propia sociedad, es
uno de los virajes más sorprendentes que se han producido en los últimos
cincuenta años. El paso cada vez más fluido de elementos de los márgenes
sociales hacia el centro, en el que habita la norma, la corrección, ha generado
en un brevísimo lapso temporal todo un nuevo estilo comunicativo, unos
"estándares de cortesía inéditos en la lengua española" (Molina Martos 2010).
En realidad, se trata de un fenómeno general en la cultura occidental que
indudablemente se ha gestado y difundido desde el lenguaje juvenil.
Entre esos nuevos parámetros de cortesía se cuenta, por ejemplo, una gran
inclinación hacia el disfemismo. La mayor parte de la bibliografía que ha tratado
este último aspecto en el lenguaje juvenil (disfemismos, insultos, palabras tabú)
ha rechazado su vertiente ofensiva o agresiva: se cataloga como un elemento
con una función eminentemente fática (Jorgensen y Stenström 2008, Navdal
2007), que refuerza el ambiente de camaradería del grupo; como una actividad
ritual (Labov 1972) que constituye de manera clave la identidad juvenil
(Zimmermann 1996, 2003, 2005).
Desde este enfoque, a pesar de tratarse de expresiones que, por su naturaleza
lingüística, implican un alto grado de violencia y agresividad verbal, su
capacidad de agredir u ofender se neutraliza, e incluso puede pasar al polo
opuesto, a convertirse en una herramienta meliorativa. De esta forma, en estos
actos de habla no son necesarias estrategias indirectas compensatorias y no
se deteriora la imagen pública (face) del hablante. Zimmermann (2003, 2005)
acuña en este caso el concepto de anticortesía, y no descortesía.
En nuestra comunicación, a través del estudio de un corpus oral juvenil en
español elaborado por la Universidad de Bergen, Noruega (COLAm, Corpus
Oral del Lenguaje Adolescente, Madrid), reflexionaremos sobre cómo pueden
llegar a suspenderse los actos más amenazadores para la imagen pública
(insultos, injurias...) y sobre qué papel juegan en este proceso factores fónicos
como la entonación, entre otros. Asimismo, consideraremos los pros y los
contras del avance de esta agresividad verbal lúdica o fingida en la lengua
general, ya que puede modificar desde las estructuras inmanentes del idioma
hasta pautas pragmáticas y sociales como la variedad de registros o la
cortesía, casi siempre en una dirección simplificadora, según se observa en
distintos estudios actuales sobre otras parcelas discursivas (Brenes 2011).
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