Revista Kollasuyo número 1 -L- 1939 – 1895kb - andes
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general de los precios de mercancías y servicios. Si el hecho se acompaña de inflación, el alza de<br />
precios se realiza más rápidamente.<br />
Aceptado el hecho de que en las transacciones internas, la moneda tiene un valor propio,<br />
resultante de su poder adquisitivo comprendido como acaba de explicarse, es decir con relación a<br />
la renta real y con relación al metal precioso, es preciso enjuiciar otro aspecto, básico para la<br />
política bancaria. La moneda nacional, poder de compra en el interior, puede ser presentada al<br />
Instituto de Emisión para su convertibilidad en divisas o en oro. Entonces, la política bancaria debe<br />
estar dirigida de tal modo que la amplia convertibilidad de la moneda nacional, el billete, esté<br />
asegurada en todo momento. Las autoridades bancarias y los poderes públicos no deben organizar<br />
el servicio monetario y bancario sobre la base de que el fundamento del valor de la moneda es su<br />
poder adquisitivo, sino sobre la peremne posibilidad y probabilidad de que el billete de banco<br />
puede ser presentado en cualquier momento para ser convertido en oro o en divisas. Si esta<br />
convertibilidad no está perfectamente asegurada, habrá la posibilidad de que la moneda se<br />
deprecie por haberse decretado su curso forzoso.<br />
Aceptado este postulado, una política bancaria y monetaria sana, inspirada exclusivamente<br />
en los permanentes intereses de la colectividad, tendrá como finalidad la acumulación de reservas<br />
y de divisas, no en una proporción del ciento por ciento con relación a los billetes y depósitos en el<br />
Instituto Emisor (medio circulante), que ello no es necesario, pero sí en cantidad tal, que no sea<br />
preciso recurrir a la declaratoria de inconvertibilidad al producirse una considerable demanda de<br />
oro o divisas, que sobrepase las demandas normales determinadas por la actividad del comercio y<br />
la industria.<br />
Porque la moneda no desempeña únicamente el rol de intermediario de los cambios<br />
(cambios de mercancías y servicios), y común denominador de los valores, ni es tampoco<br />
solamente medio de pago, de cancelación de deudas. Es todo esto, y algo más. Es un medio de<br />
conservación de la riqueza, es una reserva de valores. La característica actual de la humanidad<br />
civilizada es la de vivir pensando en el futuro, antes que en el pasado o el presente. En lo<br />
económico, no es lo pasado lo que importa, sinó, y sobre todo, lo futuro.<br />
La moneda es entonces, un "puente entre el presente y el futuro" (2) .-Véase Albert Aftalion: El<br />
Oro y la moneda.-Su valor.-París, Sirey, 1938.- Sirve para conservar un valor que los hombres no quieren o<br />
no pueden consumir o utilizar de inmediato. Luego, el instrumento que deba desempeñar este<br />
importantísimo rol, debe escapar a la arbitrariedad de los hombres y en lo posible debe tener un<br />
valor estable, de tal modo que el valor que represente en la actualidad no quede profundamente<br />
mermado en lo futuro.<br />
El billete de banco, por su naturaleza misma, puede ser multiplicado indefinidamente por<br />
los gobernantes, a quienes asecha en todo momento el fantasma del déficit. Por ello mismo, no<br />
puede ser un buen instrumento de conservación de valores, sinó dentro de determinadas<br />
condiciones. Es susceptible de desvalorización, y los hechos monetarios contemporáneos<br />
demuestran que este temor no es una simple creación del espíritu.<br />
En cambio, el oro, aunque puede ser motivo de legítimas críticas en cuanto a la absoluta<br />
estabilidad de su poder adquisitivo, escapa a la arbitrariedad de los gobernantes, pues no puede<br />
ser multiplicado con el simple funcionamiento de una "maquinita" como ocurre con las viñetas de<br />
papel llamadas "billetes", y que pueden reproducirse en cantidades astronómicas.<br />
El metal precioso, condicionado como está el aumento de su producción a factores<br />
geológicos técnicos, y de carácter monetario, no puede sufrir fluctuaciones demasiado bruscas y<br />
acentuadas (salvando excepciones muy contadas), y sobre todo, no es susceptible de<br />
desvalorizarse indefinidamente, como puede ocurrir con el papel-moneda. Siempre tiene un valor, y<br />
por ello mismo, actualmente nos aparece como el mejor instrumento para conservar valores, para<br />
servir de lazo económico seguro entre el presente y el futuro.—<br />
Los dirigentes de los más importantes Institutos de Emisión del Mundo, hombres realistas y<br />
de espíritu práctico, y a quienes no ha pasado desapercibido este fundamental papel de oro, se<br />
preocupan hoy de acumularlo, de acrecentar el "tesoro de guerra" de sus respectivas naciones.<br />
Por otra parte, el patrón de oro se presenta a todos los economistas como el mejor<br />
instrumento para facilitar y acrecentar el intercambio de mercaderías entre las diversas naciones.<br />
FRANKLIN ANTEZANA PAZ.<br />
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