Revista Kollasuyo número 1 -L- 1939 – 1895kb - andes
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secreto de utilizar la lengua poniéndola al servicio de los conceptos de la inteligencia. Hicieron<br />
como el avaro que oculta cauteloso de las miradas de la servidumbre el cofre donde ha atesorado<br />
puñados de oro y de rica pedrería. Hoy la independencia, con la mano todavía ensangrentada en el<br />
esfuerzo de la última batalla, ha roto el cofre y la raza emancipada repartió entre la descendencia<br />
el rico joyel que había labrado en el suelo de la madre patria la lengua castellana.<br />
La independencia fué toda una revelación. La índole de las razas que vivieron bajo el<br />
mismo techo durante el coloniaje, mostrándose espontánea, definió los caracteres intelectuales de<br />
aquellas. Mientras que las castas indígenas perseveraron en el mutismo que habían guardado<br />
desde que fueron conquistadas, los herederos de la sangre española, como las aves que han<br />
escapado de la estrecha cárcel, se pusieron a cantar igualando en maestría a sus padres,<br />
superándolos, a veces, en armonía y sentimiento. Apelo a los frutos de la literatura americana por<br />
si hay algún celoso defensor del ingenio español que tache de apasionado este juicio.<br />
Los bardos bolivianos se unieron al coro general denunciando que la pureza de la sangre<br />
de sus abuelos, conservada de generación en generación, no había soportado modificación<br />
alguna. Esta es una aserción comprobada. Casi todos los poetas bolivianos, por no decir todos,<br />
pertenecen a la raza española pura, y su vida íntima, así como las creaciones de su espíritu, tienen<br />
los defectos, las virtudes y todo el poder imaginativo de sus ascendientes. La poesía boliviana,<br />
mejor que otra alguna, lleva el sello de su filiación legítima, siendo más española que americana<br />
por carecer del color local que en otras naciones del continente imprimen la naturaleza y las<br />
costumbres. Efecto y de la falta de escuela propia.<br />
La generación mixta no ha sobrepujado a sus padres, como la habría inducido la fisiología.<br />
Hasta hace poco los fisiólogos sostenían que el cruzamiento de las razas mejoraba la estirpe; pero<br />
la flemática observación inglesa, cediendo a la influencia del carácter reconcentrado del pueblo<br />
sajón que lo impulsa a rechazar toda unión con la familia extraña, ha desconcertado a los<br />
empiristas. Las experiencias realizadas en Inglaterra desde el hombre hasta la rana, han<br />
comprobado que la estirpe mejora por la selección y no por el cruzamiento de la sangre. Es por<br />
esto que los ingleses no se casan jamás con mujeres chiquitas ni los buenos mozos con herederas<br />
feas, aun cuando lleven la apetecible hermosura de una buena dote.<br />
La observación inglesa se halla justificada por los mestizos de Bolivia, los cuales, a ser<br />
cierto los efectos del cruzamiento de las razas, deberían ser más inteligentes que los<br />
descendientes de origen español. El cholo boliviano posee menos imaginación que éstos; la<br />
imaginación en cambio ha sido reemplazada por una vivacidad notable, que en el terreno de la<br />
política, por defecto de educación, ha hecho del cholo letrado el demagogo consuetudinario y el<br />
intrigante más pernicioso al Estado.<br />
El cholo es poeta, pero poeta como su origen, a medias; concibe fácilmente, con ternura<br />
pero sin elevación. La influencia de la sangre se traduce hasta en sus versos; cuando el bardo se<br />
halla afectado de una pasión y no encuentra una voz bastante expresiva y tierna para traducir su<br />
emoción, sin permiso alguno de la musa castellana pide su inspiración a la musa quechua, y<br />
emplea la palabra que en este idioma interpreta más vivamente su concepto. Esta forma<br />
espontánea de expresión ha dado origen a un género especial de composiciones, mitad<br />
castellanas y mitad quechuas, que, para quien conoce ambas lenguas, son a la verdad dé un sabor<br />
exquisito.<br />
Pero el cholo boliviano jamás aventura el geniecillo de su inspiración más allá del atrayente<br />
paraíso del amor, acaso porque su imaginación no tiene alas para levantarse más allá del terreno<br />
de las emociones rudimentales del corazón. Trovador sempiterno, nunca ha dirigido por esta causa<br />
un cuarteto al Padre celestial, por el cual aparenta tener profunda fe, ni requebrado a la luna,<br />
inspiradora de desdichas y tunantes; en cambio, canta sentimentales endechas, tiernas y<br />
conmovedoras como si hubiesen sido confeccionadas dentro de un corazón, y si la dama de sus<br />
desvelos (o sea alguna cholita rozagante) ha confiado a otro su "pecho de almendra" el amartelado<br />
vate dirige al son de la guitarra sus trovas de despedida para el otro mundo, si bien nunca llega el<br />
día de la partida. Generalmente estos cantos nocturnos dan por resultado contagiar a la insensible<br />
moza del mismo mal del vate y no encontrar la enfermedad más cura que las bendiciones del cura<br />
de la parroquia.<br />
Esta breve noticia acerca del carácter de los tres tipos que componen la sociabilidad<br />
boliviana, el indio, el cholo y el criollo americano, revela que en el fondo de estas razas existen<br />
dotes graduales para el cultivo de las bellas letras. La latitud del genio indígena no ha llegado, sin<br />
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