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Revista Kollasuyo número 1 -L- 1939 – 1895kb - andes

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Una conferencia de Tristán Maroff<br />

Cuando la Federación de Estudiantes anunció una conferencia de Tristán Maroff, sobre el<br />

tema "El Socialismo en Bolivia", la espectativa pública se vió como pocas veces atraída. Y no podía<br />

ser de otra manera. A }os unos y a. los otros, vale decir a los de "derecha" como a los de<br />

"izquierda" —para usar esa simplista clasificación copiada de Europa—, les interesaba por igual la<br />

palabra del hombre más popular de Bolivia, del hombre fantasma para los unos y esperanza para<br />

los otros. Y es que Maroff fué siempre una incógnita que todos deseaban despejar.<br />

¿Cuáles eran las ideas de ese hombre? ¿ Por qué fué la víctima de todos los gobiernos, el<br />

eterno perseguido, el nómada que arrastró por todos los caminos del mundo la cruz de su<br />

ostracismo? ¿Por qué fué el fantasma terrorífico de los unos y la esperanza redentora de los otros?<br />

Es verdad que con la cándida simpleza de nuestros hombres representativos, se le había<br />

calificado desde antaño como "comunista" y se había hablado reiteradamente de sus vinculaciones<br />

con el Komitern. Así, el año 1927, se le persiguió con saña y se le expulsó del país con el pretexto<br />

de que en sus maletas se encontraron cheques soviéticos. Pero, sus polémicas con los<br />

propugnadores del Frente Popular en Córdoba y sus ataques al Gobierno de Stalin,<br />

desconcertaron a quienes creían en las patrañas del oro ruso. Sea lo que fuere, Maroff, ya no<br />

podía ser filiado como "comunista". ¿Qué sería, entonces?<br />

Los que habían visto en él una esperanza, demasiado vaga, talvez, tenían verdadera<br />

ansiedad por conocer al fin de cerca al enemigo de todos los gobiernos "burgueses" y oír su verbo<br />

profético. Es verdad que había escrito algunos libros. Pero ellos demuestran sólo al brillante<br />

panfletista, al agitador, al hombre de lucha. "La Tragedia del Altiplano" y "Habla un condenado a<br />

muerte", no podían bastar para juzgar al hombre constructor, al teórico, al jefe del socialismo<br />

boliviano.<br />

La espectativa en torno de su conferencia era, pues, justificada. En el salón del Colegio<br />

Ayacucho nos dimos cita, ello de noviembre, los unos y los otros y, también, los que no aceptamos<br />

esa rígida catalogación de posiciones. Y, debemos confesar, que todos quedamos defraudados. La<br />

incógnita del hombre —no aludimos a Carrel— quedó intocada...<br />

Maroff se redujo a hacer una síntesis del libro de Thalheimet intitulado "Introducción al<br />

materialismo dialéctico". De esta manera los que esperábamos oír una exposición doctrinaria o una<br />

lección de política socialista en Bolivia, fuimos conducidos por la simpática palabra de Maroff a<br />

través de la filosofía materialista desde Thales de Mileto hasta Feuerbach, en un viaje turístico o<br />

cinematográfico. En unos momentos pasó ante nosotros todo el panorama de la filosofía de los<br />

elementos hasta convertirse en la dialéctica materialista que sirve de base a las construcciones de<br />

Carlos Marx. Sin embargo, nos quedamos en la antesala del marxismo, como esos turistas que se<br />

contentan con conocer el hall de los museos. Esta exposición, elementalísima, defraudó, sin duda,<br />

a todos.<br />

Menos mal que antes de terminar se refirió, en dos brochazos, a lo que él llama "socialismo<br />

boliviano". Este manoseado "socialismo boliviano", ¿recibirá por fin un aporte nuevo del profeta de<br />

las barbas y la silueta quijotesca? ¿Se aparataría en definitiva de la vulgar demagogia de los<br />

aventureros? Veamos...<br />

Primer enunciado: el socialismo científico elaborado por Marx, es una doctrina universal<br />

que es preciso adaptar a las modalidades de cada ambiente, de cada nación. El marxismo tiene,<br />

así, su etapa nacionalista. Así lo afirma Maroff y no podrá negar que también lo han dicho antes<br />

que él los propugnadores del Frente Popular, entre ellos sus contendores de Córdoba, haciéndose<br />

eco de las consignas de Dimitroff. Es esta la interpretación oficial del marxismo, esto es, de la<br />

Tercera Internacional. Frente a ella está la exégesis que se dice a sí misma ortodoxa, la de Trotzky<br />

con su teoría de la revolución permanente. Pero, además, este enunciado, por lo que se refiere a<br />

los países americanos, coincide con las ideas fundamentales del aprismo. Haya de la Torre ha<br />

repetido muchísimas veces que se propone adaptar el marxismo a la realidad indo-americana,<br />

tomando la porción latina del continente como un todo nacional. Entre el aprismo y el comunismo<br />

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