15.06.2013 Views

Revista Kollasuyo número 1 -L- 1939 – 1895kb - andes

Revista Kollasuyo número 1 -L- 1939 – 1895kb - andes

Revista Kollasuyo número 1 -L- 1939 – 1895kb - andes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

apreciar todas las virtudes de llaneza campera del gaucho y se ha hecho de el un personaje<br />

amable. El gaucho reúne el sortilegio de España con la atracción robusta de la tierra. Es como el<br />

español corajudo y noblote y al mismo tiempo soñador y poeta, y es también por otra parte<br />

sentimental como la pampa y fatalista como el indio. Así al rededor de este atrayente personaje se<br />

ha podido tejer una literatura robusta, llena de sabor y colorido.<br />

En Bolivia y en Perú por el contrario no hemos sabido descubrir en nuestro "cholo" ninguna<br />

cualidad que haga de él un personaje arístico; para nosotros es un ser completamente desprovisto<br />

de belleza. Y es que antes que sus valores hemos anotado solo sus defectos. Han habido<br />

escritores que han acumulado sobre él todos los vicios reunidos de la raza española y de la raza<br />

india. De ahí que el apelativo de "cholo" en Bolivia, mucho más aun que en el Perú, ha llegado a<br />

ser un término ofensivo.<br />

El cholo para nuestra apreciación es, pues, lo inverso del gaucho; este es la síntesis de las<br />

virtudes de la raza, aquel en cambio lo es de sus defectos. Por eso mientras todo argentino, o<br />

uruguayo siente con orgullo que en el fondo es un gaucho, nosotros, no nos sentimos cholos.<br />

Preferimos acercamos al indio, aun con todo el cansancio de llegar hacia él.<br />

Por eso ni el Perú ni Bolivia han llegado a crear una literatura típica, de sello americano, no<br />

obstante la extraordinaria riqueza de su folklore. Cuando la literatura boliviana o peruana se aleja<br />

un poco de la tierra es necesariamente europea, francesa o española, cuando se acerca a la tierra<br />

es en cambio aimara o quechua; esto es, siempre exótica, siempre tomada de culturas lejanas, en<br />

el espacio o en el tiempo. Porque la realidad, fu verdadera realidad de nuestros pueblos es el<br />

cholo, aunque no queremos reconocerlo casi nunca. El cholo es el producto de lo español y de lo<br />

indio en la misma proporción que el gaucho, solo que en un compuesto químico bastante diferente.<br />

El gaucho, es ingenuo y sano, el cholo es suspicaz y astuto. Por otra parte el gaucho es campesino<br />

y el cholo es ciudadano, lo que subraya también su diferencia; la naturaleza ha hecho al uno<br />

sensiblero y romántico, la vida ciudadana ha dado al otro astucia y sentido realista. La belleza del<br />

gaucho emerge también de su paisaje, del marco de su vida campera, la tosquedad del cholo de su<br />

presencia ciudadana. Además el gaucho para el argentino o el uruguayo de la ciudad, es tan<br />

distante que llega a ser verdaderamente novelesco, el cholo en cambio para nosotros es de tan<br />

cercana realidad que la ficción no cabe en él.<br />

Y sin embargo el cholo ha de ser el tipo temático de una nueva literatura boliviana. Sobre<br />

esa figura contradictoria ahora se ha de forjar un arte tan típicamente americano como el<br />

gauchesco de la pampa. La figura del cholo hoy por hoy es borrosa y antiestética, pero el arte<br />

sabrá plasmarlo, presentándonoslo como al representante de una humanidad nueva. El arte sabrá<br />

descubrirlo, o como diría Francovich sabrá "crearlo", dotándolo de todos los valores estéticos,<br />

como lo han hecho Hernández, Sarmiento Guiraldes con el gaucho, y como lo siguen haciendo<br />

todos los escritores gauchescos hasta hoy. La literatura gauchesca ha llegado a ser, pues, una<br />

literatura plástica porque ha dado forma estética a un simple habitante de la pampa, creando un<br />

personajes de un valor singular p,ara el arte de América.<br />

El "Anectotario de uruguayo Santiago Marcos" nos pinta la adolescencia y juventud de un<br />

gaucho que por sus dotes superiores deja los ranchos pampeanos para vivir la inquieta y<br />

desorbitada vida del hombre de la urbe. Sin embargo Santiago Marcos no es un hombre de<br />

excepción, no es un héroe extraordinario de novela, exótico al medio y de gestos sorpresivos. Es<br />

un gaucho sentimental como todos, pero más imaginativo y soñador; es varonil y pendenciero<br />

como ellos, pero mucho más rebelde y enamoradizo. El autor aunque le tiene cariño a su héroe no<br />

quiere, presentárnoslo mejor de lo que es. Lo deja que obre libremente ante nosotros sin aminorar<br />

sus defectos o sus debilidades. Se ve que el autor no quiere meterse dentro de su héroe, pero se<br />

siente al mismo tiempo que el héroe ya se ha metido en el autor.<br />

La vida pampeana está descrita con rico colorido, y los sabrosos diálogos condensan todo<br />

el gracejo y la ocurrencia gaucha. Aunque nosotros no conocemos la vida de las pampas<br />

plantences sentimos la verdad de todas las escenas. Se ve la vida que fluye de los diálogos, de los<br />

gestos, del ir y venir de la existencia gaucha. Es una novela que ha brotado al contacto con esa<br />

realidad; no es de esas novelas ficticias y cerebrales que han nacido a través de la lectura de otros<br />

libros. Hay escenas magníficamente logradas como aquella aventura de Juanita, en la que la<br />

gurisa después de demostrar su rencor por el gurí con sarcasmos y ofensas se entrega a él<br />

apasionadamente. Hay tal realidad en la pintura de los sentimientos que el lector llega a intuir el<br />

sorpresivo desenlace.<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!