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Revista Kollasuyo número 1 -L- 1939 – 1895kb - andes

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algún caso, el escape de protesta política contra un régimen que hubiese anulado todas las<br />

resistencias sustancialmente políticas.<br />

Así, se puede declarar que hoy la juventud se halla por completo alejada de toda influencia<br />

de la Iglesia. Antes bien, siguiendo un fenómeno de imitación, los núcleos universitarios e<br />

intelectuales, son abiertamente antireligiosos.<br />

La educación laica<br />

¿Y la educación en los colegios del Estado?<br />

El examen desapasionado, en lo posible objetivo, como nos ha sido dado realizar con la<br />

educación religiosa, servirá, por el contenido de verdad que alcance, para la obra de construcción,<br />

que como corolario de este estudio, debe venir necesariamente.<br />

La educación religiosa revela sus propósitos por la tendencia, el objeto y el espíritu de sus<br />

grupos docentes. Para explicar cuál es la educación moral que recibe la niñez y la juventud<br />

boliviana, se requiere conocer cuál es la moral que profesa el magisterio boliviano, concretar sus<br />

tendencias, reducirlas a fórmulas y formar con ellas el sistema, la doctrina, la escuela que profesa<br />

en Filosofía.<br />

Este problema se lo plantea aquí en forma sistemática por primera vez. Hasta ahora sólo<br />

se ha analizado aisladamente y en los límites estrechos de algún caso concreto, algún concepto,<br />

alguna regla, pero no se tomó la integridad de la cuestión.<br />

En el caso de la educación religiosa se procedía seguramente manejando el método<br />

deductivo. Para el problema de la educación moral de la juventud boliviana en la esfera de la obra<br />

del Estado, se impone el examen de los elementos para llegar por inducción a los conceptos<br />

fundamentales.<br />

El país abocado a una vida de normalidad política en los primeros años de este siglo<br />

encontró el clima favorable para atender el aspecto de la educación nacional. Fundóse la primera<br />

escuela normal el año 1907 reuniéndose en ella un selecto conjunto de profesores nacionales y<br />

extranjeros y atrayendo una juventud escogida a sus aulas. Conócese de sobra la obra brillante de<br />

aquella creación desde el punto de vista de la instrucción en la escuela primaria: se reveló en<br />

Bolivia la existencia de la ciencia pedagógica y los maestros conocían las ciencias en sus<br />

elementos y la metodología de su enseñanza. Levantado el edificio de la escuela primaria, diez<br />

años después de la creación de la primera escuela normal destinada a la formación de maestros,<br />

se fundó el instituto que prepararía los profesores de enseñanza secundaria; la alta casa de<br />

estudios sirvió también para revelar en la República la existencia de las disciplinas científicas en su<br />

forma pura y fundamental; sus resultados en la instrucción del país ya se conocen a través de sus<br />

múltiples deficiencias, muchas de ellas provenientes de la crisis mundial por la que atraviesa este<br />

ciclo. Falta coronar el programa creando una verdadera Universidad. Pero volvamos a estudiar los<br />

ciclos elementales. ¿Cuál fué la norma moral de la escuela de maestros? La pregunta se la puede<br />

contestar volviendo los ojos al pasado en el momento de su creación y hallando que nuestro país<br />

vivía las doctrinas liberales en su esencia más puritana, como ellas habían sido formuladas en la<br />

Revolución Francesa. Debía pues llegar hasta la enseñanza la abominación de la Iglesia,<br />

sustituyéndola por la religión de la Ciencia. Bolivia vivía su etapa cientificista. Por consiguiente a<br />

sus maestros sólo debía importarles el conocimiento de la verdad objetiva, tangible. En violento<br />

contraste con la educación religiosa, la enseñanza del Estado fué laica, contradictoria con aquella,<br />

hasta el punto de mostrarse materialista. Esta tendencia del magisterio primario, lo ha llevado en<br />

todo momento a la captación de las corrientes que muestran como la finalidad de la vida del<br />

hombre, la realización inmediata de sus deseos y necesidades.<br />

La moral práctica de la educación pública<br />

Y ¿cuál es la norma moral con que se enseñó la ciencia de educar, la meta de sus labores<br />

y faenas diarias al profesor de enseñanza media? Ninguna, absolutamente ninguna. Ni él Estado ni<br />

la Universidad, ni el Instituto, jamás se preguntaron nada sobre este tema.<br />

La moral, el conjunto de sus conceptos orientadores para su conducta, sus hábitos y sus<br />

costumbres, en el profesor de enseñanza media son solamente aquellas normas que él llevaba en<br />

sí de su educación anterior. Así, no es posible siquiera el señalar un origen común a la moral de los<br />

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