Revista Kollasuyo número 1 -L- 1939 – 1895kb - andes
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un problema angustioso y perentorio del que depende la misma felicidad, es un problema de vida o<br />
muerte para nosotros y los nuestros, el punto de partida original, para la política interna y externa<br />
de los pueblos, y la base para la grandeza o la infelicidad de las naciones y de las razas.<br />
El carácter fundamental de la cuestión: el hallar senderos seguros, corregir las direcciones<br />
inciertas o dudosas, pertenece el filósofo. El, en la alquimia prodigiosa de su mente, combinará el<br />
significado del hecho nuevo, producto inmediato de la realidad, con la idea antigua y con la idea<br />
nueva que es hija y madre de la antigua, porque ha nacido de ella y la contiene en su seno, y<br />
entonces dirá la verdad, verdad para este tiempo. Ella señalará los principios que deben encausar<br />
la conducta de los hombres, proyectados a los fines trascendentes que dan sentido a la vida.<br />
Problema íntimamente ligado con la política general y con la educación, obliga en forma<br />
inmediata a revisar cuidadosamente uno de los sistemas fundamentales utilizados para la<br />
formación moral de la juventud: la educación religiosa. El tema de carácter general y mundial<br />
ofrece en Bolivia caracteres propios y en este estudio boliviano nos referiremos a los datos<br />
concretos recogidos de la realidad boliviana.<br />
La Educación Religiosa<br />
Nuestra sociedad, en todas sus formaciones, tiene hondas raíces conservadoras que se<br />
deben a su tradición, a su etapa cultural y a su estructuración misma. Se gobierna por conceptos<br />
religiosos o por instituciones formales de carácter religioso. Al intentar hacer el bosquejo de la<br />
educación moral de la niñez y de la juventud bolivianas, se requiere considerar, con particular<br />
atención en esta modalidad, el proceso educativo en la escuela materna, primero, y luego en los<br />
establecimientos escolares, dependientes o no del Estado. Este estudio progresivo permitirá<br />
valorar la curva de los resultados éticos conseguidos ahora, para buscar, finalmente, los mejores<br />
caminos que deben encausar el desarrollo moral y espiritual de las generaciones que empiezan a<br />
vivir.<br />
Cabe anotar que en Bolivia sólo existen con influencia social las ideas religiosas católicas.<br />
Estas son profesadas con exclusividad por las fracciones de blancos y mestizos. El problema<br />
religioso del indio es especial e interesante desde el punto de vista de la Sociología, pero sale de<br />
los límites de este estudio por lo mismo que el indio vive al margen de la vida misma del país como<br />
Estado y al margen de las presentes preocupaciones educacionales por motivos de índole<br />
económica, principalmente.<br />
La Familia y la Moral Religiosa<br />
Hoy, casi sin excepción, toda la vida familiar es religiosa. Sus normas morales y sus<br />
instituciones capitales tienen sus fundamentos en la ética escolástica. Los actuales jefes de familia<br />
recibieron su formación espiritual en un tiempo de acendrado catolicismo y en el que las ideas<br />
liberales no habían rebasado aún los límites de la actividad política. El matrimonio, al constituirse<br />
las familias actuales, era considerado exclusivamente en su aspecto de institución religiosa, de<br />
sacramento de la Iglesia. Los jóvenes que hoy viven su edad de veinte años sólo tuvieron en su<br />
niñez un medio familiar intensamente imbuido por los conceptos tradicionales de amplio contenido<br />
religioso. La Escuela maternal, la escuela del hogar, ha sido una escuela religiosa. Las virtudes<br />
inculcadas, especialmente por las prácticas rituales, arrancaban toda su fuerza del ideal religioso<br />
de la Providencia, gobierno de los hombres mediante las leyes reveladas.<br />
El Colegio Religioso<br />
Cuando los hijos continúan su educación confiados a los colegios católicos, no hay<br />
fraccionamiento con las normas iniciadas en la Escuela Maternal. El mismo contenido e intención<br />
en la práctica de las virtudes, el mismo sentido en la formación del carácter y desarrollo de los<br />
mismos hábitos que los padres han comenzado a plasmar en el alma del niño. En la Escuela o el<br />
Colegio Católico hay un Director Espiritual cuya misión permanente es la de explicar la moral<br />
religiosa y encausar en ese sentido todas las manifestaciones personales y sociales del niño. No<br />
hay solución de continuidad en este aspecto hasta la conclusión del ciclo secundario, del que, en<br />
los umbrales de la juventud, egresa el bachiller, transparentando ya su propia personalidad, con un<br />
gran sedimento de ideas religiosas que son la clave y la base de toda su moral.<br />
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