11.10.2013 Views

Libre - Fundación César Manrique

Libre - Fundación César Manrique

Libre - Fundación César Manrique

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

como consecuencia, principalmente, del comportamiento intermitente en la construcción de carreteras<br />

y autopistas. Por ejemplo, la cifra estimada de 86,7 millones de toneladas para 1999 supera<br />

ampliamente (entre 4,5 y 2,4 veces) los dos extremos del intervalo propuesto por el Ministerio<br />

de Medio Ambiente para el total de residuos de construcción y demolición de la economía<br />

española 121 —suponiendo ese mismo año 1999 como término de comparación—. Resultado que<br />

se encuentra en la línea apuntada para otros países donde, en caso de incluirse, la fracción procedente<br />

del movimiento de tierras es francamente mayoritaria. Las hipótesis de cálculo barajadas<br />

por el PNRCD en términos de Kgs/hab no acaban de tener en cuenta que, tal y como hemos<br />

señalado, el año 1999 se encuentra en el centro del auge inmobiliario de finales de esa década.<br />

En todo caso, nuestras estimaciones reflejan un incremento importante en los flujos excavados<br />

durante la segunda mitad del siglo XX, donde en términos per capita han casi cuadruplicado su<br />

valor, desde los 487 kg/hab de 1955 hasta la 1,4 toneladas/hab de 2000. En algunos años de especial<br />

actividad constructora, este cociente ha superado las 2 toneladas por habitante, como ocurrió<br />

en 1992 o 1999 122 .<br />

A los datos comentados habría que añadir algunos elementos adicionales que enriquecen<br />

la reflexión sobre el impacto ambiental de las edificaciones y que van más allá del mero<br />

movimiento de tierras. El escenario descrito adquiere especial importancia cuando recordamos<br />

que, tal y como señalamos en páginas anteriores, el sector de la construcción y la política<br />

general de vivienda en nuestro país han mostrado durante las últimas décadas mayor interés<br />

por la nueva construcción y demolición de viviendas antiguas que por la restauración y<br />

recuperación de los inmuebles que se mantenían en pie.A falta de las apropiadas estadísticas<br />

sobre residuos de construcción y demolición, algunas aproximaciones comparativas demuestran<br />

que, a finales de la década de los noventa, en España se generaban 13 millones de estos<br />

residuos 123 (excluido el movimiento de tierras), de los cuales más del 95 por 100 tenían como<br />

destino el vertedero y menos del 5 por 100 eran reutilizados o reciclados. Estas cifras contrastan<br />

con las de otros países como Holanda donde se invierten justamente los porcentajes<br />

(90 por 100 de reutilización y reciclaje), Bélgica (87 por 100), Dinamarca (81 por 100), o Reino<br />

Unido (45 por 100). Lo que demuestra que países como España, junto a Irlanda y Portugal que<br />

presentan similares porcentajes, ofrecen en términos de energía y materiales una imagen de<br />

dispendio poco acorde con su posición de furgón de cola de la Unión Europea. Más aún cuando,<br />

como sucede en nuestro país, esta situación descansa sobre una persistente política de<br />

vivienda que margina desde hace décadas la restauración del patrimonio inmobiliario, acarreando:<br />

«...una incidencia ambiental doblemente negativa: por vertido de escombros, deterioro<br />

patrimonial y pérdida de identidad, y por exigencia de materiales de construcción y movimiento<br />

de tierras con gran impacto territorial...» 124 .<br />

252

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!