11.10.2013 Views

Libre - Fundación César Manrique

Libre - Fundación César Manrique

Libre - Fundación César Manrique

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Se puede decir que fue el físico austriaco Leopold Pfaundler quien escribió uno de los primeros<br />

textos bien fundamentados sobre la capacidad de sustentación de la Tierra, en el que se<br />

interrogaba sobre la población máxima que podría vivir dentro de un territorio acotado. En su<br />

artículo de 1902 titulado «La economía mundial a la luz de la física» 22 , este científico razonó básicamente<br />

en términos energéticos comparando la disponibilidad de energía total que llegaba a la<br />

tierra con la necesaria para la supervivencia de la humanidad sobre todo en forma de alimentos<br />

(3.000 kcal/hab/día). Pfaundler supuso que 1/5 de la energía que asimilaban las plantas se transformaba<br />

en alimentos, lo que aplicando con los datos disponibles una productividad media por<br />

hectárea de 5.300.000 kcal, permitía una densidad de población máxima por hectárea de 5 personas<br />

(a condición de que todas ellas fueran vegetarianas y los animales se alimentaran de los<br />

restos de las cosechas). El intento del austriaco tuvo su mérito pues, como apuntan Martínez<br />

Alier y Schlüpmann, estas cifras no se alejan demasiado de las manejadas en la actualidad, con un<br />

elemento adicional: Pfaundler enfocó el problema desde un punto de vista «ecológico» bastante<br />

alejado del tratamiento en términos de rendimientos decrecientes al que nos tenían acostumbrados<br />

los economistas de la época 23 .<br />

En segundo lugar, al igual que otros autores como Podolinsky y Pfaundler, el punto de partida<br />

para la reflexión de Frederick Soddy —otro de los pioneros críticos del crecimiento económico—<br />

fueron también las leyes de la termodinámica. El químico y premio Nobel británico 24<br />

dedicó una buena parte de sus energías a la reflexión sobre cuestiones económicas motivado<br />

por la insatisfacción que sentía ante el olvido sistemático de los economistas respecto a las cuestiones<br />

materiales más básicas 25 . En efecto, la falta de anclaje en los principios físicos más elementales<br />

del enfoque «mecanicista» neoclásico, llevaba a explicar el proceso económico de producción<br />

y consumo como una especie de «movimiento perpetuo» circular al margen de los<br />

requerimientos de energía y materiales y de su degradación, lo que hizo demandar a Soddy, en<br />

los años 20, la necesidad de una «Economía Cartesiana» 26 , esto es: una economía cuyo punto de<br />

partida fueran el primer y segundo principio de la termodinámica. Por esta razón, una de las cuestiones<br />

clave para el entendimiento de los fundamentos económicos de la sociedad era responder<br />

rigurosamente a la pregunta ¿cómo vive la humanidad?, a lo que Soddy contestaba que «de<br />

la energía solar».<br />

«Los economistas, a los que habían enseñado de niños el origen mítico del hombre narrado en<br />

el Génesis, tenían afición a inventar, para explicar el origen del capital, un Robinson Crusoe mítico<br />

de laboriosidad e ingenio excepcionales, que se había convertido en el primer capitalista. Pero si,<br />

con el avance del conocimiento, el primitivo Adán ha resultado ser un animal, los conocimientos<br />

modernos nos enseñan que el primer capitalista fue una planta. La grandeza material y científica de<br />

50

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!