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Libre - Fundación César Manrique

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42 LUCAS, R.;WHEELER, D.,yHETTIGE, H., «Economic Development, Environmental Regulation and International Migration of Toxic Industrial<br />

Pollution: 1960-1988», en: LOW, P., (ed.), International trade...op. cit., p. 102. Para hacer más digerible este resultado, tanto en este trabajo como<br />

en el firmado por: BIRDSALL, N., y WHEELER, D.,«Trade Policy and Industrial Pollution in Latin America: Where are the Pollution Havens?»,<br />

1992, pp. 159-167; se incide en que la relación crecimiento económico y medio ambiente es muy negativa en aquellas economías protegidas,<br />

teniendo menor incidencia (incluso positiva) en aquellos países que han liberalizado ampliamente su comercio. Además se añade que los<br />

«pollution havens» se circunscriben precisamente a aquellas economías poco liberalizadas (aunque los autores ponen como ejemplo Chile,<br />

no parece que éste caso sea demasiado afortunado, como así lo demuestra el libro del Instituto de Ecología Política de ese país titulado El<br />

tigre sin selva. Consecuencias ambientales de la transformación económica de Chile: 1974-1993, Santiago de Chile, del que puede consultarse la<br />

presentación recogida en el número 9 de Ecología Política, pp. 171-182).<br />

43 SHIVA,V., Biopiratería. El saqueo de la naturaleza y el conocimiento, Barcelona, Icaria, 2001.<br />

44 Así lo demuestran aplicando un sencillo modelo neoclásico, BATRA, R., et al., «Environmental...», op. cit., p. 175 y ss, y p. 181.A un resultado<br />

similar, esto es, que el libre comercio incrementa la contaminación, llegan también COPPELAND, B.R.,ySCOTT TAYLOR, M., aplicando un modelo<br />

para dos países con rentas diferenciadas.Véase: «North-South trade and environment», Quaterly Journal of Economics, August, 1994, pp. 755-<br />

787.<br />

(*) Este epígrafe actualiza y amplía el trabajo que realicé conjuntamente con Sara Echevarría y José Manuel Naredo en 1999: «Flujos físicos<br />

y valoración monetaria en el comercio mundial: el “efecto notario” en el reparto de los frutos del comercio a nivel internacional», en: NAREDO,<br />

J. M., y VALERO, A. (dirs.), Desarrollo económico y deterioro ecológico, Madrid, <strong>Fundación</strong> Argentaria-Visor Distribuidores, 1999, pp. 325-348.<br />

45 A pesar de los esfuerzos de los gobiernos afectados por hacerse con la propiedad de estos recursos naturales, las ETN continuaron influyendo<br />

en las fases de procesamiento y comercialización. Vid. ONU, Las empresas transnacionales en el desarrollo económico, Nueva York, 1983. Ref.<br />

PALAZUELOS, E., (coord.), Dinámica capitalista y crisis actual, Madrid,Akal, 1988, p. 193.<br />

46 NAREDO,J.M.,yVALERO, A. (dirs.), Desarrollo económico y deterioro ecológico, op. cit.<br />

47 Recordemos que, según el «efecto notario», aquellas fases de los procesos productivos que son más intensivas en el consumo de recursos<br />

—medido éste en unidades físicas— resultan ser las menos valoradas desde el punto de vista monetario y viceversa. Una ilustración de este<br />

hecho se observa durante la construcción de una vivienda al comparar la divergencia creciente entre las aportaciones de recursos físicos en<br />

cada una de las fases del proceso (cimentación, tabicado, etc.), y las remuneraciones monetarias correspondientes, hasta llegar a la firma final<br />

de las escrituras «ante notario» quien, con escaso desgaste físico, percibe una jugosa remuneración. Vid. NAREDO, J.M., y VALERO, A. (dirs.),<br />

Desarrollo económico y deterioro ecológico, op. cit., cap. 15.<br />

48 Estimable términos energéticos, vinculados al Sistema Internacional de Unidades físicas sobre el que reposa la ciencia cuantitativa, con la<br />

metodología formalmente expuesta en el libro de referencia.<br />

49 El antiguo GATT y la actual OMC, en su permanente cruzada por eliminar las trabas al comercio, han contribuido a extender a escala<br />

internacional la vigencia de la «Regla del Notario». En el caso del comercio que ahora nos ocupa, la valoración de las mercancías por su mero<br />

coste de obtención, es decir, haciendo abstracción de la «mochila de deterioro ecológico» que conllevan, unida a la creciente especialización,<br />

es también fuente de deterioro ecológico y polarización social y territorial. En NAREDO, J.M.,yVALERO, A. (dirs.), Desarrollo económico..., op.<br />

cit., 1999, se establecen criterios para evaluar el coste físico completo que arrastra la obtención de los productos como primer paso para<br />

paliar, con el establecimiento de normas adecuadas, la actual asimetría entre coste físico y valor monetario que recoge la «Regla del Notario».<br />

Consideramos que el establecimiento de este tipo de normas permitiría extender la práctica del comercio internacional sobre bases ecológicas<br />

y sociales más saludables que las actuales.<br />

50 Nos referimos aquí a los famosos «dragones» asiáticos. Aparte de constituirse en región privilegiada por parte de la política exterior y<br />

tecnológica estadounidense en la época de la guerra fría, y de basar su proceso de expansión y crecimiento económico en el fuerte peso del<br />

Estado, la orientación exportadora y el ahorro interno para financiar las inversiones (todo ello con un coste social nada despreciable), es<br />

fácil ver que su proceso industrializador ha sido especialmente intensivo en energía y materiales para alimentar sus industrias transformadoras.<br />

Como indicador de esa intensidad energética, baste recordar que, en 2000 dicha región fue la tercera receptora de importaciones de petróleo<br />

en todo el mundo con casi el 20 por 100 del total (303 millones de toneladas). Vid. BP Statistical Review of World Energy, 2001.<br />

51 A las dificultades de los países pobres han contribuido también las políticas comerciales de apoyo al sector agrario de los países ricos,<br />

inundando los mercados internacionales con los excedentes generados y hundiendo consecuentemente los precios.<br />

52 Esta afirmación requiere de alguna aclaración. Desde el momento en que la mayoría de los recursos implicados en el comercio de industrias<br />

extractivas son no renovables es lógico que el comercio detraiga de una parte lo que proporciona a la otra. Es en este sentido en el que el<br />

comercio internacional supone un juego de suma cero. Ahora bien, la acción de la ley de la entropía sobre la energía y los materiales<br />

intercambiables y su consiguiente cambio de estado (de disponibles a no disponibles) hace que en términos físicos el comercio acabe en un<br />

juego de suma negativa.<br />

53 Véase, por ejemplo: MARTÍNEZ ALIER,J.,yROCA JUSMET, J., Economía ecológica y política ambiental, México, FCE, 2000, pp. 418 y ss. En la misma<br />

línea: MURADIAN,R.,yMARTÍNEZ ALIER, J., «Trade and environment: from a “southern perspective», Ecological Economics, 36, 2001, pp. 281-297.<br />

También, y utilizando el concepto de huella ecológica como criterio definitorio de los intercambios «ecológicamente desiguales», tiene<br />

interés: ANDERSSON,J.O.,yLINDROTH, M., «Ecologicallly unsustainable trade», Ecological Economics, 37, 2001, pp. 113-122.<br />

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