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Libre - Fundación César Manrique

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73 Uno reciente que realiza un repaso de esta variable en términos comparados y para el período 1960-1997 es el de ANCHUELO, A.,<br />

«Indicadores de señoreaje en la Unión Europea», Cuadernos de Información Económica, 160, 2001, pp. 95-103.<br />

74 El valor de las acciones cotizadas emitidas por las empresas no financieras se redujo en un 1,7 por 100 (por debajo del declive general<br />

del 2,5 por 100), mientras que el valor de las no cotizadas lo hicieron en un 4,5 por 100.Véase: Banco de España, Cuentas financieras de la<br />

economía española (1995-2001), 2002.<br />

75 Es este un porcentaje que se sitúa en la media de países de la UE como Francia, Dinamarca y Noruega. Sin embargo, destaca en el extremo<br />

superior Alemania, donde las empresas no financieras son las principales propietarias de acciones cotizadas con el 40 por 100 demostrando<br />

así la importancia de las participaciones cruzadas en la industria germana, mientras que en el extremo inferior, Inglaterra apenas cuenta con<br />

un 3 por 100 de acciones cotizadas propiedad de empresas no financieras, pues dominan las empresas financieras y los inversores institucionales.<br />

Vid.GARCÍA COTO,D.,«La propiedad de las acciones en las Bolsas europeas», Bolsa de Madrid,n.º 10, 2002, pp. 10-17.<br />

76 Vid. Bolsa de Madrid, Informe..., op, cit., pp. 122-123. Esta cuantificación es posible gracias a que no se consolidan los balances de las<br />

empresas de un mismo grupo aunque un análisis posterior demandaría un ajuste contable de estas características.<br />

77 Habida cuenta que la «autocartera» experimentó tasas anuales de crecimiento del 25 por 100, se produjo también un aumento de su<br />

importancia en el total de los activos financieros, acumulando en 1995 el 21 por 100, y el 26 por 100 en 2000 para, consecuencia del desplome<br />

de las cotizaciones, reducir su participación al 24 por 100 en 2001. Fruto de este proceso, en términos globales, dicha «autocartera» ha<br />

pasado de representar el 10 por 100 de los activos totales del balance a casi duplicar su participación en 2000 con el 17 por 100, contribuyendo<br />

en gran medida a la expansión del patrimonio neto de este colectivo de empresas que se duplicó en apenas cinco años, pasando de 73 billones<br />

de pesetas a los 146 billones de 2000.<br />

78 Alcanzando un máximo histórico aunque inferior, sin embargo, al arrojado por EE UU en esa misma fecha que superó al PN en un 95 por<br />

100.Véase: Board of Governors of Federal Reserve System, Flow of Funds of United States, 2000.<br />

79 La política de expansión, apoyada en préstamos y obligaciones, comenzó a pasar factura en 2001 incrementando los gastos financieros de<br />

las empresas cotizadas en un 39,6 por 100, esto es, muy por encima del crecimiento de los resultados que fueron negativos, aunque esos<br />

mismos gastos se «moderan» al 17 por 100 para el total de empresas no financieras al incluir las no cotizadas.Véase: Bolsa de Madrid, Informe...,<br />

2002, p. 103; y Banco de España, Boletín económico, Marzo, 2002, p. 33.<br />

80 Como muestra la evolución de la ratio PER (cotización/rentabilidad) de las acciones que ha crecido considerablemente desde 1995 con un<br />

valor de 11,9 doblándose en 1999 (24,9) para descender al 18,6 y al 17,8 en 2000 y 2001, como consecuencia de la explosión de la burbuja<br />

bursátil. Del mismo modo, la rentabilidad por dividendos netos pagados se vio mermada simultáneamente al aumento del PER al confiar la<br />

remuneración de los accionistas a las plusvalías ligadas a la «creación de valor», cayendo de niveles del 3,8 en 1995 a 1,7 en 2000 y 2,0 en 2001.<br />

81 El conocido manual de ROJO, L. A., así lo estipulaba hace casi tres décadas al afirmar que «el crecimiento económico va acompañado de<br />

una paralela expansión de los activos y pasivos financieros.Así se genera una superestructura financiera conexionada con la riqueza material<br />

del país».ROJO, L.A., Renta, Precios y Balanza de Pagos. Madrid,Alianza, 1976, p. 59.<br />

82 «...hasta que tengamos un entendimiento más correcto de lo que representa la existencia del dinero, y hasta que su poder de compra no<br />

quede fijado tan definitivamente como el sistema de pesos y medidas, no habrá paz en la sociedad, y los sistemas políticos y sociales<br />

continuarán estando basados en el engaño».SODDY,F.,«Economía cartesiana...», op. cit., p. 157.<br />

83 SODDY,F.,Wealth,Virtual Wealth and Debt. London Allen and Unwin, 1926. (Una versión sintética de las aportaciones de Soddy a este respecto<br />

puede encontrarse en la colección de textos editada por MARTINEZ ALIER, J., Los principios de la economía ecológica.Textos de P. Geddes, S. Podolinsky<br />

y F. Soddy. Madrid, <strong>Fundación</strong> Argentaria-Visor Distribuciones, 1995).Abundando en esos aspectos, ha sido DALY, H., quien recientemente ha<br />

efectuado una relectura de las propuestas de Soddy en el epílogo a su libro, en colaboración con COBB, J., For the Common Good. La versión<br />

castellana de este epílogo tiene por título: «Dinero, Deuda y Riqueza Virtual», Ecología Política, 9; pp. 51-75. Epílogo cuya reflexión se ha actualizado<br />

en su libro: Ecological Economics and the Ecology of Economics. Essays in Criticism, Edward Elgar, 1999, pp. 135-167.<br />

84 SODDY,F.,«Economía cartesiana...», op. cit., p. 155.<br />

85 SODDY,F.,«Economía cartesiana...», op. cit., p. 155.<br />

86 DALY, H., op. cit., p. 61.<br />

87 TOBIN, J., «Money and economic growth», Econometrica, October, 1965, p. 676. Cfr, H. Daly, op. cit., pp. 55-56.<br />

88 HILFERDING, R., El Capital Financiero, Madrid,Tecnos, 1985, (e.o. 1910), pp. 101-107.<br />

89 Por decirlo con la ironía de los buenos humoristas, esto mismo lo recordaba Máximo en una de sus viñetas (El País, 8 de julio de 2002, p. 13):<br />

«—El dinero que estamos perdiendo en la Bolsa, ¿dónde va a parar?<br />

—A ninguna parte.<br />

—¿Y eso no va contra las leyes de la física?<br />

—Sí, pero la economía no es una ciencia de la materia, sino de la especulación del espíritu».<br />

90 MARGALEF, R., Una ecología renovada..., op. cit., pp. 35-36.<br />

91 SODDY,F.,Matter and energy, 1912. Citado por Joan Martínez Alier en su: «Réplica a mis críticos», mientras tanto, 23, 1985, p. 39.<br />

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