10.07.2015 Views

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Rick RiordanLa batal<strong>la</strong> <strong>del</strong> Laberinto—Me temo que no. No he salido de Ogigia en... mucho tiempo.—Bueno, Manhattan es una gran ciudad y no hay mucho sitio para jardines.Calipso frunció el ceño.—Qué pena. Hermes viene de visita de vez en cuando y me ha contado que elmundo ha cambiado mucho. Pero no creía que fuera hasta el punto que ni siquierapuedas tener un jardín.—¿Por qué no has salido de tu is<strong>la</strong>?El<strong>la</strong> bajó <strong>la</strong> mirada.—Es mi castigo.—¿Por qué? ¿Qué hiciste?—¿Yo? Nada. Pero me temo que mi padre sí hizo lo suyo. Se l<strong>la</strong>ma At<strong>la</strong>s.Al oír su nombre sentí un escalofrío. Había conocido al titán At<strong>la</strong>s el inviernoanterior y nuestro encuentro no había sido muy amistoso. El titán había intentadomatar a casi todas <strong>la</strong>s personas que me importaban.—Aun así —dije, vaci<strong>la</strong>nte—, no es justo castigarte por lo que haya hecho tupadre. Conocí a otra hija de At<strong>la</strong>s. Se l<strong>la</strong>maba Zoë. Una de <strong>la</strong>s personas más valerosasque he conocido.Calipso me estudió un buen rato con ojos tristes.—¿Qué pasa? —pregunté.—¿Ya... ya te sientes curado, mi valiente? ¿Crees que pronto estarás encondiciones de partir?—¿Cómo? No lo sé. —Removí <strong>la</strong>s piernas. Las tenía entumecidas. Y me estabamareando después de estar tanto rato de pie—. ¿Tú quieres que me vaya?—Yo... —Su voz se quebró—. Nos veremos por <strong>la</strong> mañana. Que duermas bien.Y se alejó corriendo hacia <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ya. Estaba demasiado perplejo para hacer otra cosaque mirar<strong>la</strong> mientras el<strong>la</strong> desaparecía en <strong>la</strong> oscuridad.* * *No sé cuánto tiempo transcurrió exactamente. Como había dicho Calipso, eradifícil percibir el paso <strong>del</strong> tiempo en <strong>la</strong> is<strong>la</strong>. Sabía que debía marcharme. Mis amigosestarían preocupados. Eso como mínimo. En el peor de los casos podían correr ungrave peligro. Ni siquiera sabía si Annabeth habría conseguido salir <strong>del</strong> volcán.Intenté utilizar varias veces mi conexión por empatía con Grover, pero no lograbaestablecer contacto. Me resultaba muy penoso no saber si se encontraban bien.~167~

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!