10.07.2015 Views

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Rick RiordanLa batal<strong>la</strong> <strong>del</strong> Laberinto—Nico se había ido antes de que despertara. Ortos siguió su rastro hasta <strong>la</strong> rejil<strong>la</strong>de retención. Euritión me ha dicho que en <strong>la</strong>s últimas noches había oído a Nicohab<strong>la</strong>ndo solo. Aunque ahora cree que hab<strong>la</strong>ba con el fantasma de Minos.—Corre un gran peligro.—Ya lo creo. Minos es uno de los jueces de los muertos, pero su crueldad esincreíble. No sé lo que querrá de Nico, pero...—No me refería a eso. He tenido un sueño esta noche... —Le conté todo lo que lehabía oído decir a Luke, incluida su alusión a Quintus, y también que sus hombreshabían encontrado a un mestizo que andaba solo por el <strong>la</strong>berinto.Annabeth apretó los dientes.—Es una noticia terrible.—¿Qué vamos a hacer?El<strong>la</strong> arqueó una ceja irónicamente.—Menos mal que tú tienes un p<strong>la</strong>n para guiarnos, ¿no?* * *Era sábado y había mucho tráfico para entrar en <strong>la</strong> ciudad. Llegamos a<strong>la</strong>partamento de mi madre hacia mediodía. Nada más abrir <strong>la</strong> puerta, se aba<strong>la</strong>nzósobre mí y me dio un abrazo un poco menos abrumador —sólo un poco— que <strong>la</strong>smuestras de afecto de <strong>la</strong> Señorita O'Leary.—Ya les decía yo que estabas bien —dijo mi madre, aunque parecía como si sehubiera quitado de encima todo el peso <strong>del</strong> cielo (y, créeme, conozco <strong>la</strong> sensación porexperiencia).Nos hizo sentar a <strong>la</strong> mesa de <strong>la</strong> cocina e insistió en servirnos sus galletas azules dechoco<strong>la</strong>te mientras <strong>la</strong> poníamos al día sobre nuestra búsqueda. Como siempre,procuré suavizar <strong>la</strong>s partes más terroríficas (o sea, casi todas). Pero, por algúnmotivo, así sólo conseguía que sonaran más peligrosas.Cuando llegué a <strong>la</strong> parte de Gerión y los establos, mi madre hizo ademán deestrangu<strong>la</strong>rme.—No hay forma de que limpie su habitación y, en cambio... ¡está dispuesto alimpiar <strong>la</strong>s tone<strong>la</strong>das de estiércol de los establos de un monstruo!Annabeth se echó a reír. Era <strong>la</strong> primera vez que oía su risa en mucho tiempo y <strong>la</strong>sensación resultaba agradable.—En resumen —dijo mi madre, cuando terminé de contarle <strong>la</strong> historia—, hasdestrozado <strong>la</strong> is<strong>la</strong> de Alcatraz, has hecho saltar por los aires el monte Saint Helens y~188~

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!