10.07.2015 Views

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Rick RiordanLa batal<strong>la</strong> <strong>del</strong> Laberintoponer los ojos en b<strong>la</strong>nco, como si no pudiese creer que yo hubiera tenido <strong>la</strong> cara durade sobrevivir. Quirón se acercó a medio galope y todos le abrieron paso.—Bueno —dijo con un suspiro de alivio—. Creo que nunca me había alegradotanto al ver regresar a un campista. Pero tienes que contarme...—¿Dónde has estado? —lo interrumpió Annabeth, apartando a los demáscampistas. Creí que iba a darme un puñetazo, pero lo que hizo fue abrazarme con talfuerza que casi me rompió <strong>la</strong>s costil<strong>la</strong>s. Los demás enmudecieron. El<strong>la</strong> pareció darsecuenta de que estaba haciendo una escena y se separó de mí—. Yo... ¡pensábamosque habías muerto, sesos de alga!—Lo siento —dije—. Me perdí.—¿Que te perdiste? —aulló—. ¿Dos semanas? ¿Dónde demonios...?—Annabeth —<strong>la</strong> interrumpió Quirón—. Quizá deberíamos discutir esto enprivado, ¿no crees? Los demás, regresad a vuestras ocupaciones.Sin darnos tiempo a protestar siquiera, nos agarró a Annabeth y a mí con <strong>la</strong> mismafacilidad que si fuéramos dos gatitos, nos colocó sobre su lomo y nos llevó al galopehacia <strong>la</strong> Casa Grande.* * *No les conté <strong>la</strong> historia entera: no tenía fuerzas para hab<strong>la</strong>r de Calipso. Sí lesexpliqué cómo había provocado <strong>la</strong> explosión en el monte Saint Helens y cómo habíasalido disparado <strong>del</strong> volcán. Les dije que me había quedado confinado en una is<strong>la</strong>.Que más tarde Hefesto me había encontrado y me había indicado cómo partir. Y queuna balsa mágica me había llevado hasta el campamento.Era todo cierto, pero mientras lo contaba noté que me sudaban <strong>la</strong>s palmas de <strong>la</strong>smanos.—Has estado desaparecido dos semanas. —Ahora Annabeth hab<strong>la</strong>ba con voz másfirme, pero aún se <strong>la</strong> veía conmocionada—. Cuando oí <strong>la</strong> explosión, pensé...—Ya —asentí—. Lo siento. Pero ya he averiguado cómo cruzar el <strong>la</strong>berinto. Hablécon Hefesto.—¿Te dio él <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve?—Bueno, vino a decirme que yo ya sabía cómo hacerlo. Y es cierto. Ahora loentiendo.Le conté mi idea.Annabeth se quedó boquiabierta.—¡Eso es una locura, Percy!~177~

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!