10.07.2015 Views

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Rick RiordanLa batal<strong>la</strong> <strong>del</strong> Laberintolos monstruos. Hay seis monstruos. Cada uno lleva un paquete de seda, pero sólouno contiene los <strong>la</strong>ureles. Debéis encontrar <strong>la</strong> corona de oro antes que nadie. Ynaturalmente... habréis de matar al monstruo para conseguir<strong>la</strong>. Y salir vivos.Todo el mundo empezó a murmurar con excitación. La tarea parecía bastantesencil<strong>la</strong>. Qué caramba, ya habíamos matado a muchos monstruos. Para eso nosentrenábamos.—Ahora anunciaré quiénes serán vuestros compañeros —prosiguió Quintus—.No se aceptarán cambios, permutas ni quejas.—¡Arrrífff! —La Señorita O'Leary había hundido todo el morro en un p<strong>la</strong>to depizza.Quintus sacó un rollo de papiro y empezó a recitar nombres. A Beckendorf le tocócon Silena Beauregard, cosa que pareció dejarlo más que contento. Los hermanosStoll, Travis y Connor, iban juntos. Ninguna sorpresa; siempre lo hacían todo unidos.A C<strong>la</strong>risse le tocó con Lee Fletcher, de <strong>la</strong> cabaña de Apolo: <strong>la</strong> refriega brutal y elcombate táctico combinados; formarían un equipo difícil de superar. Quintuscontinuó leyendo <strong>la</strong> lista hasta que dijo: «Percy Jackson y Annabeth Chase.»—Fantástico —dije, sonriendo a Annabeth.—Tienes <strong>la</strong> armadura torcida —fue su único comentario, y se puso a arreg<strong>la</strong>rme<strong>la</strong>s correas.—Grover Underwood —dijo Quintus— con Tyson.Grover dio tal brinco que poco le faltó para salirse de su pe<strong>la</strong>je y quedarse encueros.—¿Qué? Pe... pero...—No, no —gimió Tyson—. Ha de ser un error. El niño cabra...—¡Sin quejas! —ordenó Quintus—. Ve con tu compañero. Tienes dos minutos paraprepararte.Tyson y Grover me miraron a <strong>la</strong> vez con aire de súplica. Les hice un gesto paraanimarlos y les indiqué que se pusieran juntos. Tyson estornudó. Grover empezó amosdisquear nerviosamente su porra de madera.—Les irá bien, ya lo verás —dijo Annabeth—. Será mejor que nos preocupemos denosotros mismos. A ver cómo nos <strong>la</strong>s arreg<strong>la</strong>mos para salir vivos.* * *Aún había luz cuando nos internamos en el bosque, pero con <strong>la</strong>s sombras de losárboles casi parecía medianoche. Hacía frío, además, aunque estuviéramos en~46~

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!