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4-la-batalla-del-laberinto

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Rick RiordanLa batal<strong>la</strong> <strong>del</strong> Laberinto—¿Adonde iréis, entonces? —preguntó Aelia.—A un lugar al que juré no volver jamás. Mi prisión será quizá mi únicosantuario.—No os entiendo.—Mejor así.—¿Y en el inframundo? —preguntó otra de <strong>la</strong>s hermanas—. ¡Os aguarda unterrible juicio! Y todos los hombres deben morir.—Tal vez —dijo Dédalo. Sacó un rollo de su bolsa de viaje: el mismo rollo quehabía visto en mi sueño anterior, con <strong>la</strong>s notas de su sobrino—. O tal vez no.Le dio a <strong>la</strong> mayor una palmadita en el hombro y luego bendijo a <strong>la</strong>s tres hermanas.Echó una última mirada a los hilos de cobre que bril<strong>la</strong>ban en el fondo de <strong>la</strong> bañera.—Encuéntrame si te atreves, rey de los fantasmas.Se volvió hacia <strong>la</strong> pared de mosaico y presionó un azulejo. Surgió una marcaresp<strong>la</strong>ndeciente —una A griega— y <strong>la</strong> pared se deslizó hacia un <strong>la</strong>do. Las princesassofocaron un grito.—¡Nunca nos hab<strong>la</strong>steis de pasadizos secretos! —exc<strong>la</strong>mó Aelia—. ¡Cuánto habéistrabajado!—Cuánto ha trabajado el <strong>la</strong>berinto, más bien —<strong>la</strong> corrigió Dédalo—. No tratéis deseguirme, mis queridas princesas, si apreciáis vuestra cordura.* * *Mi sueño cambió de escenario. Me hal<strong>la</strong>ba en una cámara subterránea de piedra.Luke y otro guerrero mestizo estudiaban un mapa con una linterna.El primero soltó una maldición.—Debía de ser por el último desvío. —Arrugó el mapa y lo tiró.—¡Señor! —protestó su compañero.—Los mapas aquí son inútiles. No te preocupes. Lo encontraré.—Señor, ¿es cierto que cuanto más grande es el grupo...?—¿Mayores son <strong>la</strong>s probabilidades de perderse? Sí, es cierto. ¿Por qué crees quelos primeros exploradores que enviamos iban solos? Aunque no debes preocuparte.En cuanto tengamos el hilo, podremos guiar a <strong>la</strong> vanguardia de nuestro ejército sinproblemas.—Pero ¿cómo vamos a conseguirlo?Luke se levantó y flexionó los dedos.~186~

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