10.07.2015 Views

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Rick RiordanLa batal<strong>la</strong> <strong>del</strong> LaberintoMantuve bien sujeta a Contracorriente. Al parecer, Dédalo no estaba allí, pero daba<strong>la</strong> impresión de que el taller había sido utilizado hasta hacía un momento. Losportátiles seguían encendidos, con sus respectivos salvapantal<strong>la</strong>s. En un banco habíauna magdalena de arándanos mordida y una taza de café.Me acerqué al ventanal. La vista era increíble. Identifiqué a lo lejos <strong>la</strong>s MontañasRocosas. Estábamos en lo alto de una cordillera, al menos a mil quinientos metros, ya nuestros pies se extendía un valle con una variopinta colección de colinas, rocas yformaciones de piedra rojiza. Parecía como si un niño hubiera construido una ciudadde juguete con bloques <strong>del</strong> tamaño de rascacielos y luego <strong>la</strong> hubiera destrozado apatadas.—¿Dónde estamos? —me pregunté.—En Colorado Springs —respondió una voz a nuestra espalda—. El Jardín de losDioses.De pie en lo alto de <strong>la</strong> escalera de caracol, con el arma desenvainada, vimos anuestro desaparecido instructor de combate a espada. Quintus.* * *—¡Tú! —exc<strong>la</strong>mó Annabeth—. ¿Qué has hecho con Dédalo?El sonrió levemente.—Créeme, querida: no te conviene conocerlo.—A ver si nos entendemos, señor Traidor —gruñó el<strong>la</strong>—, no he luchado con unamujer dragón, con un hombre de tres cuerpos y una esfinge psicótica para verte a ti.Así que... ¿dónde está Dédalo?Quintus bajó <strong>la</strong>s escaleras, sosteniendo <strong>la</strong> espada desenvainada en un costado.Llevaba vaqueros, botas y una camiseta de instructor <strong>del</strong> Campamento Mestizo, queparecía un insulto ahora que sabíamos que era un espía. Yo no estaba muy seguro depoder vencerlo en un duelo a espada, porque Quintus era muy bueno, pero penséque igualmente debía intentarlo.—Creéis que soy un agente de Cronos —dijo—. Que trabajo para Luke.—Vaya novedad —soltó Annabeth.—Eres una chica inteligente, pero te equivocas. Yo sólo trabajo para mí.—Luke habló de ti —le dije—. Y Gerión también te conocía. Estuviste en surancho.—C<strong>la</strong>ro —admitió—. He estado en casi todas partes. Incluso aquí.~215~

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!