10.07.2015 Views

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

4-la-batalla-del-laberinto

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Rick RiordanLa batal<strong>la</strong> <strong>del</strong> Laberinto—Sí —convino Quirón—. Bueno... ya está bien de anuncios. Vamos a bendecir <strong>la</strong>mesa y a comer. —Alzó su copa—. ¡Por los dioses!Todos levantamos nuestras copas y repetimos <strong>la</strong> bendición.Tyson y yo llevamos los p<strong>la</strong>tos al brasero de bronce y arrojamos a <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>mas unaparte de nuestra comida. Esperaba que a los dioses les gustara el pudin de pasas y loscereales.—Poseidón —dije, bajando <strong>la</strong> voz—, échame una mano con Nico y Luke. Y con elproblema de Grover...Había tanto de que preocuparse que podría haberme pasado allí <strong>la</strong> mañana, perovolví a sentarme.Cuando todos habían empezado a comer, Quirón y Grover se acercaron a nuestramesa. Este último tenía cara de sueño y <strong>la</strong> camisa mal remetida. Deslizó su p<strong>la</strong>tosobre <strong>la</strong> mesa y se desplomó a mi <strong>la</strong>do.Tyson se removió incómodo.—Voy a... pulir mis ponis pez.Se alejó pesadamente, dejando su desayuno a medias.Quirón trató de sonreír. Seguramente quería resultar tranquilizador, pero con suforma de centauro se alzaba muy por encima de mí y proyectaba una sombraa<strong>la</strong>rgada sobre <strong>la</strong> mesa.—Bueno, Percy, ¿qué tal has dormido?—Eh... perfecto. —No entendía a qué venía <strong>la</strong> pregunta. ¿Era posible que supieraalgo <strong>del</strong> extraño mensaje Iris que había recibido?—Me he traído a Grover —dijo Quirón—, porque he pensado que quizá queráis,eh... discutir <strong>la</strong> situación. Ahora, si me disculpáis, he de enviar unos cuantosmensajes Iris. Nos vemos más tarde. —Dirigió una mirada cargada de intención aGrover y salió trotando <strong>del</strong> pabellón.—¿De qué está hab<strong>la</strong>ndo? —pregunté.Grover masticaba sus huevos. Me di cuenta de que estaba distraído porquearrancó de un mordisco <strong>la</strong>s púas <strong>del</strong> tenedor y se <strong>la</strong>s tragó también.—Quiere que me convenzas —musitó.Alguien se sentó a mi <strong>la</strong>do en el banco. Annabeth.—Te diré de qué estamos hab<strong>la</strong>ndo —dijo el<strong>la</strong>—. Del <strong>la</strong>berinto.No me resultaba fácil concentrarme en sus pa<strong>la</strong>bras, porque todos los presentesnos echaban miradas furtivas y murmuraban. Y también porque Annabeth estaba ami <strong>la</strong>do. Quiero decir, pegada a mí.—Se supone que no deberías estar aquí —señalé.~40~

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!